Cultivos comprometidos
Daños por valor de miles de euros, entre los que se encuentran almendros e higueras. Los loros son quienes causan estragos en los brotes y primeros frutos en formación y en la fase más delicada de desarrollo. En Bitonto, Molfetta, Ruvo, Terlizzi y Binetto, en el área metropolitana de Bari, las aves, una especie de origen sudamericano, tienen como objetivo los huertos, dañando y en algunos casos comprometiendo por completo las cosechas previstas para las próximas semanas. Además de las almendras, también se persiguió a Domenico Tauro fioroni. El problema, especialmente en el área metropolitana de Bari, existe desde hace algunos años. El cambio climático puede haber favorecido la rápida adaptación de una especie acostumbrada a climas más cálidos y húmedos.
Especies exóticas: una lista creciente
“Pedimos que la Región de Apulia adopte y ponga en marcha inmediatamente el plan de contención anunciado en su momento”, declara Giuseppe De Noia, presidente de Cia-Agricoltori Italiani Levante (Bari-Bat). Con los loros, la lista de especies, exóticas o no, que crean enormes inconvenientes y enormes daños a los agricultores está creciendo. “Los estorninos y los periquitos, cuando apuntan a un campo, pueden causar graves daños a la producción. En particular, los agricultores que cultivan almendras están en crisis, fruta especialmente apreciada por estos loros que saben picotear y romper la cáscara, extrayendo la parte interna y dañando irreparablemente los cultivos".
Un problema que dura años
La invasión de estas aves comenzó en Molfetta hace más de 20 años, pero luego los loros verdes se multiplicaron, llegando a hacer sentir su presencia también en los territorios de Bisceglie, Giovinazzo, Palese, Bitonto, Palo del Colle y otras localidades hasta llegan a la Alta Murgia, amenazando el paisaje rural y dañando cultivos arbóreos y frutales. La presencia de estas aves es ya un problema que persiste desde hace algunos años en la cordillera de Apulia, y el cambio climático no ha hecho más que aumentar la población de loros de forma descontrolada y favorecer su adaptación. Se trata de ejemplares originarios de América Latina (periquito monje), acostumbrados a climas cálidos y húmedos, que están creando populosas colonias y dañando los cultivos. Por lo general, estas aves buscan frutas frescas o blandas de temporada para comer, pero las preocupaciones de los agricultores también se refieren a los equipos agrícolas, como los sistemas de riego, que las aves dañan para beber. Los loros también pueden suponer una grave amenaza para otros cultivos como las cerezas, los melocotones, los albaricoques, pero también para las uvas de mesa.
No es una simple resolución
“Es necesario restablecer una situación de equilibrio medioambiental que ya no existe desde hace muchos años”, afirma Gennaro Sicolo, presidente de Cia Puglia y vicepresidente nacional de Cia-Italian Farmers. “Estorninos, loros verdes, lobos, jabalíes: varias especies de vida silvestre han aumentado dramáticamente en número. Son voraces, devoran campos enteros de leguminosas, arruinan campos de trigo y atacan huertos. El problema es enorme. Hay muchas especies silvestres que han alterado la situación de equilibrio preexistente. Resolver el problema no es sencillo, pero debemos empezar a abordarlo seriamente, con determinación, porque el daño es verdaderamente enorme" (fuente: CIA).