Nuoro: tras dos días de agonía, el joven de doce años herido en el accidente de caza de jabalí que se produjo en la campiña de Irgoli (NU) el domingo por la mañana, no lo logró. La desesperación de la madre cuando los médicos declararon la ausencia de actividad cerebral.
El desgarrador grito de la madre congela la sala de espera de la unidad de cuidados intensivos. Es el anuncio que nadie hubiera querido. Son las 20,30 horas de ayer cuando se apaga toda esperanza para Andrea, el tiro de doce años en el gran partido. Los médicos del "San Francesco" acaban de declarar la muerte cerebral del niño, en coma desde el domingo.
LA AGONÍA DE CRISTO Él -cuyo nombre u otros elementos identificativos no hemos publicado hasta ahora en cumplimiento de la normativa de protección de menores-, alumno de sexto grado en los colegios de Furreddu, apasionado de la caza como su padre Nicolò y su hermano Francesco, Peleas hasta el final, tira hacia fuera había muchas ganas de vivir después de ese maldito disparo que le dio en la cabeza el domingo por la mañana. Su fuerza alimenta una débil esperanza. Pero anoche todo terminó. Mamma Rina siempre está a su lado. Su grito de dolor hace estremecer a muchos amigos y familiares que en incesante procesión se alternan en la sala de espera, de este lado de la puerta de la Reanimación. Ese grito apaga todas las demás voces. Y en silencio en ese momento los que pueden recurrir a la oración.
LA ESPERA Ayer abre como el del lunes: condiciones estacionarias, siempre muy graves. Andrea se somete a más pruebas para verificar la actividad cerebral. Los controles médicos continúan hasta la respuesta vespertina: la bala que le alcanza en el ojo y se detiene en el cerebro tiene efectos devastadores. Toda la actividad cerebral ha cesado, la situación es irreversible. A las 21,30 horas comienza el procedimiento de verificación de la muerte y finaliza seis horas después, a las 3,30 horas.
Muerte cerebral anoche. El carabiniere retirado, que se disparó accidentalmente, ahora está acusado de homicidio involuntario.
EL COMPRENDIDO Fuera del hospital, palabras y polémicas se cruzan en torno a la dinámica del accidente y la presencia de un niño en un contexto adulto, en el campo de San Michele, entre Irgoli y Capo Comino. El punto clave de la historia -según los carabineros que realizan las investigaciones- es el disparo accidental de Franco Paletta, investigado hasta anoche por lesiones culposas muy graves y ahora por homicidio. Él, un carabiniere retirado de 64 años, trasplantado a Irgoli durante algún tiempo, asistido por el abogado Francesco Lai, será escuchado por el magistrado mañana. Pero para los investigadores el panorama es claro, más allá de que Paletta, en estado de shock, aún no ha hecho declaraciones en el acta.
LA DINÁMICA La reconstrucción realizada por los carabineros de la empresa Siniscola, encabezada por la capitana Andrea Senes, coincide con los testimonios recogidos, incluido el del padre del niño. Nicolò Cadinu habría sido el primero en disparar, aparentemente un par de tiros, al paso de quizás un zorro. Paletta estaba en su puesto, en el lado opuesto al de Andrea que estaba al lado de su padre. En una fracción de segundo, los primeros disparos se dispararon, el niño de doce años se habría movido, tal vez para ver si su padre había golpeado al zorro que pasaba. Y es el momento maldito porque en ese momento Paletta dispara el tiro en esa dirección, convencida de que se trata de un jabalí. En cambio, una bala golpea a Andrea en la cabeza.
LA TRAGEDIA Son las 9,30 del domingo: un momento dramático en un evento increíble que sacude a todos, cazadores de todas las edades y opinión pública menos atraída por la caza. Comienza el calvario de la niña de doce años, rescatada por un helicóptero, sometida a una operación de emergencia en la cabeza, internada en coma en la unidad de cuidados intensivos. La historia hace reflexionar, también porque en Cerdeña en las expediciones de caza de los últimos tres años hay nueve accidentes mortales.
Marilena Orunesu
Fuente: Unión de Cerdeña
Noviembre 14 2012