Una llamada telefónica anónima permitió arrojar algo de luz sobre el secuestro de un setter ocurrido en Volante, en la provincia de Trento. Los dueños del perro, marido y mujer, han dos setters ingleses, ambas hembras, que siempre han estado acostumbradas a vivir juntas. El hombre acaba de tener tiempo de limpiar el hocico de uno de los dos animales, un momento de distracción utilizado para secuestrar al otro setter. Luego estaba la llamada a casa en la que una mujer explicó que era una activista convencida de los derechos de los animales. odio la caza y no querer devolver al perro como desnutrido.
En realidad tanto ella como el otro perro son muy obedientes y atados al dueño con el que salen a cazar, por lo general nunca dan confianza a otras personas ajenas a la familia. El animalista logró contactar al dueño. leer el número de teléfono en el collar del colocador, cuyo nombre es Lea. Las acusaciones que hizo de maltrato y desnutrición han sido definidas como absurdas, lo más probable es que el responsable del secuestro ni siquiera conozca a los setters ingleses.
Los Rovereto Carabinieri investigan el caso, pero lamentablemente todavía no hay novedades. Incluso las amenazas del propietario, dispuesto a hacerlo, no han ayudado denunciar al animalista en caso de no devolución: además, el hecho de que la llamada telefónica fuera anónima no permite rastrear al usuario.