El punto de vista de Arci Caccia
Arci Caccia Piemonte escribe a los Asesores de Agricultura Alimentos Caza y Pesca Marco PROTOPAPA, al Asesor de Salud. Dr. Luigi Genesio ICARDI y el Comisionado Extraordinario de PSA Dr. Vincenzo CAPUTO al hacer una pregunta simple: ¿Queremos erradicar PSA o la actividad cinegética?
emergencia actual
Este es el texto: Más de un año después seguimos obligados a enfrentar los problemas vinculados a la emergencia PSA y los efectos negativos que afectan a nuestro territorio y que se derivan tanto de su insistencia como de las medidas encaminadas a su erradicación. Precisamente en esto último esta Asociación de Cazadores pretende detenerse en la conciencia de ser representante de una categoría con intereses y en el convencimiento de que cada uno de los actores del asunto -actores y órganos institucionales- debe poner de su parte. En consideración al gran descontento, confusión y desánimo que se extiende en el mundo cinegético del bajo Piamonte y a la luz de las noticias, aunque "extraoficiales", que se filtran en los medios regionales y provinciales que temen un nuevo "aplastamiento" de las diversas actividades humanas en las áreas restringidas , se considera más adecuado externalizar nuestras consideraciones a los órganos institucionales competentes también por el contenido del informe del GOE - Grupo Operativo de Expertos - elaborado en enero de Us
Manadas de jabalíes
Para ello se pretende subrayar cómo en el informe del GOE se contempla la actividad cinegética en general y por tanto también la dirigida a otras especies como fuente de perturbación en la dinámica de desplazamiento de las manadas de jabalíes y como posible factor de propagación de el virus hasta el punto de expresar una opinión desfavorable sobre la posibilidad de practicarlo informando la siguiente redacción: "Además, el grupo no excluye que el empeoramiento de la actual situación epidemiológica regional pueda atribuirse precisamente a la actividad cinegética que se llevándose a cabo en el territorio regional”. Al suponer que entre "no excluye" y cualquier "es probable", "es absolutamente cierto" y "está científicamente probado" hay varios pasos intermedios, se considera oportuno introducir los siguientes puntos de reflexión sobre qué instituciones Se solicita a la dirección que realice las evaluaciones necesarias.
Números de retiro
– Caza planificada del jabalí: en este punto está claro que esta cuestión necesita un tratamiento específico también teniendo en cuenta que los datos numéricos de las exacciones, donde están permitidas, proporcionan informes embarazosos que nos hacen pensar que una contención y reducción numérica de la especie sólo puede tener lugar utilizando este tipo de caza. Son varias las propuestas que han llegado a las mesas institucionales, en algunos casos muy detalladas con incluso la provisión de ciertas reglas de enfrentamiento, por lo que se considera superfluo cualquier otro punto de argumentación. Por otro lado, parece afirmable sin grandes temores a negar que el aumento de casos registrado en el último período es atribuible más a las restricciones impuestas que a la actividad cinegética, que en la práctica no se llevó a cabo, con el consiguiente aumento en las poblaciones y posteriormente en el número de sujetos infectables.
– Caza hacia otras especies: La actitud desfavorable hacia la actividad cinegética dirigida hacia otras especies desde el inicio se ha concentrado en dos puntos clave:
– 1) disturbios causados por el deambular por el territorio y que induzcan los movimientos de las manadas de jabalíes
– 2) posible dispersión y mayor difusión de rastros infectados en el suelo o su transferencia a áreas ilesas
formas de caza
En cuanto al punto uno y sobre la base de décadas de experiencia, adquirida en viajes de miles de kilómetros en el bosque, que no se considera refutable por ningún método científico, nos permitimos resaltar cómo la suposición está desprovista de todo fundamento y precisamente en consideración de la conformación del área de interés. Las formas de caza dirigidas a otras especies distintas del jabalí no perturban en lo más mínimo a este último, induciéndolo a realizar movimientos significativos y quien afirme lo contrario miente sabiendo que miente. Un solo jabalí o una manada, perturbada en su sueño diurno por un perro de muestra o unos perros rastreadores sobre la cabeza de la liebre, puede moverse unos centenares de metros para detenerse en el primer fuerte o matorral que, en nuestros territorios abandonados por la silvicultura, constituyen ahora la vegetación predominante. Por no hablar de la supuesta perturbación inducida por el disparo, muchas veces incluso inútil para sacar a los jabalíes de sus refugios diurnos. Por otro lado, y como se ha dicho reiteradamente, las manadas de jabalíes realizan grandes desplazamientos de decenas de kilómetros para sus fines biológicos ordinarios (búsqueda de alimento y agua, apareamiento, huida de los lobos que les obligan muchas veces a cambiar de zona con su presencia constante ). Ni que decir tiene que una vez más las consideraciones de carácter general no resultan adecuadas a la especificidad del ámbito al que pretenden ser aplicadas y tal es la prueba de lo que se deduce en contrario que cualquier argumento ulterior se considera superfluo. .
El papel de los cazadores
En cuanto al punto dos, es necesario realizar algunas consideraciones de carácter puramente lógico dado que es bastante evidente que las conclusiones a las que se llega partiendo de los mismos supuestos corren el riesgo de volverse totalmente divergentes según el método de aproximación, lo que a veces se percibe demasiado permeado por ideologías opuestas. Estas consideraciones se aplican tanto a la caza dirigida a otras especies como a todas las actividades en el mundo Outdoor que en 2022 habían estado sujetas a prohibiciones que luego fueron progresivamente, y podemos agregar, sabiamente renunciadas. Es precisamente esta sabiduría demostrada el año pasado la que se invita a las instituciones interesadas a aprovechar mediante una evaluación escrupulosa de las consideraciones que se exponen a continuación.
Cuando se argumenta que un cazador, que deambula por la zona con su perro, puede interceptar un rastro infectado y esparcirlo por la zona, se omite la valoración de otro factor mucho más importante; los bosques y campos atravesados por el hombre y su perro se pueblan de noche por multitud de animales (erizos, garduñas, zorros, tejones, liebres, miniliebres y conejos, puercoespines, chacales dorados y lobos, corzos, gamos y ciervos, por no hablar de las aves), que teje una densa red de movimientos con la capacidad de cruzar rastros infectados y extenderlos miles de veces más alto. ¿Qué control tenemos sobre estas dinámicas naturales? NADIE. Mientras que para los humanos hemos introducido normas de bioseguridad. En cuanto al temido riesgo de que los cazadores transporten el virus a zonas ilesas, se cree que dada la extensión de la zona afectada, esta eventualidad se evitaría de una forma tan sencilla como fácilmente realizable recurriendo a la introducción de limitaciones similares a las previstas en su momento para la recogida de trufas.
Finalmente, retomando un pasaje del informe de Goe sobre la necesidad de prohibir la caza en el componente lúdico/recreativo, tolerándola como mucho sólo en las formas propias del objetivo de erradicar el Psa, la objeción es que si es verdad tal como es Es cierto que una de las actividades más eficaces de erradicación consiste en el seguimiento, investigación y retirada de cadáveres, entonces la caza errante de caza menor puede fácilmente considerarse no sólo útil sino incluso indispensable, un lugar que sólo los cazadores conocen y recorren los barrancos más inaccesibles. de nuestro territorio, nos guste o no.
Análisis coste-beneficio
En este punto, se cree que la evaluación de cada punto no puede separarse de un análisis cuidadoso de costo/beneficio. Reintroducir las restricciones a la caza tendría un coste muy elevado tanto en términos económicos como en pérdida irrecuperable de un cúmulo de experiencias humanas y caninas, frente a un beneficio, a la luz de lo anterior, impalpable y totalmente irrelevante. Basta pensar en el previsible fracaso de actividades económicas como armerías y empresas cinegéticas de las que viven muchas familias así como el cese de la actividad cinegética de una parte importante de los practicantes que imposibilitará cualquier gestión de la fauna a muy corto plazo. . ¿Por qué exponerse a tantos costes, ciertos y absolutamente previsibles, frente a un beneficio marginal que no es ni remotamente apreciable? Pero sobre todo ¿quién responderá de todo esto? Ciertamente creemos que aquellos que expresan asépticas opiniones desfavorables no estarán llamados a hacerlo acatando servilmente los protocolos europeos que han sido cuestionados desde el principio porque inmediatamente aparecieron como calibrados para realidades totalmente diferentes a las nuestras.
Urge, pues, un mayor esfuerzo al que nuestra Asociación y el mundo cinegético en general puedan dar, cuando se les solicite, su propia aportación pero con la condición de que la duda que dentro de la “caza” se haga galopante: ¿Quieres erradicar la PPA o la actividad cinegética? (fuente: Arci Caccia).