Caza de jabalíes: la caza no es la única técnica de caza de jabalíes. Todo por redescubrir, la Girata es un método más íntimo con menor impacto en el territorio.
Cuando hablamos de caza del jabalí solemos referirnos a la caza o cacería. De hecho, es la técnica de caza. verraco en el equipo más extendido. Cada miembro del grupo tiene su propia importancia fundamental y cada uno es responsable del éxito o fracaso del día de caza como en un juego de equipo real.
Una técnica menos conocida, al menos en Italia, pero particularmente antigua es la del giro. El grupo es decididamente menos denso, el área de caza es relativamente pequeña y generalmente está rodeada de campos o prados.
Descubramos los secretos de cada técnica.
La Cacciarella o Battuta:
Realmente es un trabajo de un equipo formado por cazadores, canai, batidores y cazadores. No es casualidad que todos participarán, al final de la hermosa jornada, en la división de la bolsa de juego.
El equipo suele estar formado por canai, bateadores y estacas.
Como sugiere el propio término, los canai son los cazadores dueños de los perros a los que prestan gran atención no solo durante el período de caza, sino también durante la parada que se utilizará para entrenamiento y adiestramiento.
Los canai deben tener un gran conocimiento del matorral y del territorio en el que se llevará a cabo la broma. La principal tarea de esta figura es encontrar lo salvaje y ponerlo en marcha, dirigiéndolo de forma natural hacia y poses. Por regla general, evita dispararles cuando están parados o perturbando su marcha para evitar el desvío del itinerario y la salida del territorio de caza.
Los puestos también tienen un papel fundamental, posicionado por el jefe de caza, quien en esta tarea es ayudado por los cazadores que mejor conocen la zona de caza. De hecho, es fundamental que los postes ocupen los puntos en los que el paso de la naturaleza es más probable; sólo así podrás llevarte a casa una gorda bolsa de juego. Por otro lado, tener una publicación incorrecta podría ser un error fatal capaz de comprometer toda la búsqueda.
Es imposible dar a priori una distancia típica entre poste y poste ya que depende sobre todo del grado de visibilidad y del tipo de terreno en el que te encuentres. En definitiva, lo importante es que el puesto sepa con precisión dónde está el puesto cercano, lo que hará que la caza sea considerablemente más segura.
Lo cierto, sin embargo, es el hecho de que la cabeza de caza en la fase de posicionamiento deberá tener en cuenta el viento. Es fundamental que dispare en la cara del poste dado que el jabalí tiene un olfato muy fino que le permite oler la presencia humana a metros de distancia. De la misma forma no se recomienda utilizar perfumes o aftershaves pero sobre todo fumar, aunque la mayoría de las veces los salvajes, todos llevados por el vuelo, difícilmente tendrán una idea clara de lo que está en juego.
Posicionar a los cazadores es quizás una de las tareas más complicadas ya que el correo tendrá que distribuirse de forma inteligente e imparcial. Un cazador joven e inexperto, por ejemplo, será bueno estar cerca de un veterano de quien seguramente pueda aprender. Además, el cazador debe conocer el número y la posición de los postes. En caso de necesidad, podrá llamarlos para pedir ayuda.
Otra figura importante es la del bateador, que no siempre se utiliza. Por regla general, estos son indispensables en el caso de equipos especialmente grandes, que superan los 40 miembros. En caso contrario el rol del bateador será cubierto por canai quienes para la ocasión están invitados a ocupar los puntos donde no habrá puestos. Su tarea será la de dirigir al jabalí hacia los cazadores en el puesto.
¿Igual que? Gritando la mayor parte del tiempo o disparando tiros en blanco. No es infrecuente que se trasladen allí donde se necesita la broma y puede considerarse el bromista indispensable de muchos chistes de jabalíes. Dicho esto, veamos cómo suele realizarse la caza.
En primer lugar, una vez elegido el territorio, habrá que marcarlo. Nada demasiado complicado: tendrás que recorrer el perímetro del área de caza, en un intento de identificar huellas del paso del jabalí, frescas y bien definidas.
Evidentemente, esta es una tarea de expertos. El seguimiento de las pisadas, sobre todo en la época de escasas lluvias, es realmente complicado y solo un profesional puede distinguir entre pisadas nuevas y antiguas.
En este punto el cazador define lo que está en juego y espera el inicio del servicio que se realizará con una señal convencional. Los canai tienen la tarea de liberar los trajes de neopreno en pistas nuevas, si las hay. De lo contrario, los perros solo tendrán que rastrillar el área, encontrar el jabalí y tratar de seguirle el ritmo. Encontré el salvaje i perros, ayudados por los batidores, lo empujarán hacia la oficina de correos que se encargará de derribarlo. Finalmente, los perros deberán recuperarlo.
El turno del jabalí:
No menos intrigante es el giro del jabalí que se desarrolla en territorios no demasiado extensos, que rara vez superan las 15 hectáreas, rodeados de campos y prados.
Para formar el equipo hay unas apuestas y un canaio que tendrá que manejar solo un perro. En definitiva, una caza más íntima pero no menos satisfactoria. El perro en este caso se llama limiere ya que permanece en contacto constante con el canaio. Dotado de un olfato excelente, debe demostrar ser capaz de seguir pistas muy frías.
La primera fase del turno es el rastreo: el canaio con el perro atado recorre el perímetro del área de caza en busca de algún rastro nuevo. Sobre la base del posicionamiento de estos, se repartirán las apuestas.
La caza comienza con el canaio que libera al sabueso, cuyo descubrimiento será señalado por el perro mediante un constante ladrido en reposo. La señal es principalmente para el canaio, que intentará alcanzar al jabalí y dispararle.
Si el intento no tiene éxito, la oficina de correos interceptará al jabalí que escapa.
Como se nota, el tiro es una técnica de caza ciertamente menos invasiva y con impacto en el territorio, pero capaz de dar grandes satisfacciones.