La noticia delarresto de dos activistas por los derechos de los animales quien atacó un puesto de caza en Cremasco. Los dos han arrasado todo lo posible y han sacado a los pájaros señuelo, condenándolos a una muerte segura, ya que son animales no acostumbrados a vivir en la naturaleza. Como de costumbre, una acción realizada no con el único propósito de dañar una estructura, la cabaña, y el cazador su dueño (los tres ni siquiera se conocerían), sino para dar en un blanco simbólico y quizás intimidar a todos los cazadores, o para obtener de las instituciones la ley contra la caza de la que tanto se ha hablado. en las últimas semanas.
Como de costumbre, los dos atacantes se firmaron "ALF" (acrónimo de Animal Liberation Front), la organización de derechos de los animales que está catalogada como "terrorista" en América y en muchos otros países (incluidos los europeos), y que parece estar financiada por otras asociaciones de derechos de los animales que se presentan en su lugar limpio y ajeno a los delitos y así poder recaudar donaciones de personas y organizaciones de buena fe. Sin embargo, incluso esta vez, no se menciona el "ecoterrorismo". Los dos fueron presuntamente detenidos por los Carabinieri de Crema por cargos de robo agravado, daño agravado y uso de herramientas adecuadas para el robo. Afortunadamente, Parece que el juez consideró inapropiada la solicitud de negociación de culpabilidad a un año de prisión. propuesto por su abogado y pospuso la sentencia para el próximo 31 de octubre, pero parece probable que, una vez más, para los dos, aunque sean sorprendidos en el acto, no habrá consecuencias tan graves.
El problema es siempre el mismo: nuestro sistema no prevé el delito de “ecoterorismo”. Arte. 270 sexies del Código Penal (realizados con fines de terrorismo) establece que "Conducta que (omitida) se lleve a cabo con fines de intimidar a la población o obligar a los poderes públicos oa una organización internacional a realizar o abstenerse de realizar cualquier acto o desestabilizar o destruir las estructuras políticas, constitucionales, económicas y sociales fundamentales de un país (omitido), pero no que las razones también puedan incluir ideología animalista o ecológica.
Una grave brecha que FederFauna viene señalando desde hace años y que deja espacio para un fenómeno que ahora se ha convertido en una amenaza para el Made in Italy (ganadería), para la investigación y la salud pública (universidades y refugios de animales), para la cultura (circo, entretenimiento, zoológico, palii) y, en general, para la seguridad de millones de ciudadanos. Por eso FederFauna se dirige ahora al ministro Salvini, que acaba de obtener la aprobación del Decreto de Seguridad por su firma, que ya prevé medidas contra el terrorismo en general, pero nada en la de una matriz animal-abientalista, por lo que en los 60 días de conversión en ley, encuentra el sistema para ingresar el tipo específico de delito, para que dotar a los organismos encargados de hacer cumplir la ley de los medios adecuados para combatirlo y garantizar la seguridad de las empresas y los ciudadanos.