La Federación de Caza, Sección Provincial de Venecia Julia, en colaboración con el Društvo slovenskih Lovcev "Doberdob" recientemente organizó una reunión popular sobre chacal dorado. El orador de la noche fue el Dr. Stefano Filacorda investigador del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Udine. La presencia del chacal dorado (Canis aureus) es ahora segura en la mayoría de los Región de Friuli Venezia Giulia, en forma estable y reproductiva en Trieste y Gorizia Karst, en los Valles Natisone y también en algunas áreas de Carnia.
Esta especie puede adaptarse a los entornos más variados y antropizados como es el caso del Karst de Trieste y Gorizia donde algunos grupos han vivido durante años. La aparición del chacal en Friuli Venezia Giulia se puede atribuir con certeza a mediados de los ochenta a través de hallazgos de especímenes recuperados invertidos o mediante evidencia directa de avistamientos por usuarios del territorio como cazadores, criadores y operadores asignados a la vigilancia de la caza. El chacal dorado se diferencia del zorro por su mayor tamaño (peso alrededor de 12 kg e incluso más), la cola más corta (20-25 cm) y las patas más largas (altura de los hombros 50 cm), así como para el pelaje típico, generalmente se alimenta de pequeños mamíferos, cadáveres de animales, así como anfibios, reptiles y aves. Es un animal con gran movilidad, tanto que algunos avistamientos lo han reportado incluso en las zonas cercanas al río Po.
No es una especie nativa, pero es un cánido que proviene de Europa del Este y precisamente de los Balcanes, y su expansión, según estudios recientes, parece depender de la disminución de lobos en el último siglo. La investigación científica se ha centrado recientemente en estos estudios para comprender las relaciones entre estas dos especies de cánidos que intentan al mismo tiempo, mejorar el conocimiento de la ecología de ambos como en la República de Eslovenia y, en particular, en las zonas limítrofes con Italia donde coexisten las dos especies. La presencia del chacal requiere ante todo el conocimiento por parte de quienes habitan el territorio y entre los primeros ciertamente encontramos a los cazadores que pueden aportar, como centinelas ambientales, de manera decisiva en el seguimiento de la especie señalando los signos de presencia a los investigadores.