Planes detallados y potencialmente útiles, pero aún bloqueados por una serie de obstáculos: las nutrias están una verdadera emergencia en Mantua, pero el problema es difícil de resolver. Allí Diario de Mantua describió cómo se organizó en algunas localidades de la provincia lombarda. Particularmente, Los planes provinciales se mantuvieron vigentes entre Asola y Mariana hasta por dos años. En la práctica, a los cazadores se les permitió realizar cacerías específicas destinadas a matar, con el fin de contener el número de roedores. Inicialmente se decidió pagar 6 euros por cada coipo capturado, cifra que luego se redujo a la mitad, luego la ley se encargó de complicarlo todo. En concreto, las cosas han cambiado y el manejo de las nutrias está actualmente una tarea de los municipios, los consorcios de recuperación y también de los ciudadanos individuales, que se ven obligados a asumir todos los costes económicos relacionados.
Hablamos de voluntarios que deciden unirse a grupos y afrontar la situación de frente. Pero la buena voluntad no es suficiente para matar animales es necesario asistir primero a un curso especial, pasar una prueba y luego obtener la calificación correspondiente. Además, para el uso del rifle, obviamente no debe faltar la licencia de arma, sin olvidar las reglas fundamentales de seguridad, la comunicación de las fechas precisas del calendario, las ubicaciones exactas de las intervenciones y más.
En estos casos, es necesario contactar con el personal que forma parte del vigilancia de la fauna de la provincia ya las autoridades de seguridad pública: estas personas son de hecho las encargadas de gestionar los planos y aprobar el acompañamiento con los guardias de caza. La Gazzetta di Mantova también destacó otros obstáculos de no poca importancia. Por ejemplo, hasta hace poco las nutrias cazadas y capturadas fueron almacenadas en congeladores propiedad de los distintos municipios, luego se procedió a la disposición, una operación que costó unos 100 mil euros.
Hoy, por el contrario, los agricultores se ven obligados a deshacerse de los roedores ellos mismos a través de un hoyo que tenga la profundidad adecuada y que esté ubicado lejos de los cursos de agua. Uno de los ex coordinadores locales de selección habló irónicamente de una "Universidad de nutria". En pocas palabras, el plan también puede ser interesante y rentable, pero la situación actual corre el riesgo de convertirlo en un fracaso. Entre otras cosas, los propios agricultores comenzaron a seguir los cursos obligatorios con demora culpable: se pasaron innecesariamente doce meses y la población de nutrias se ha mantenido estancada a una altitud de 20 mil.