Aunque los tiempos han cambiado y, con ellos, las técnicas y herramientas, la caza es una pasión que tiene sus raíces en eras antiguas, sin dejar de ser muy actual. El aspecto más importante a subrayar es la razón que empujó a nuestros antepasados a cazar, que es la sopravvivenza, vinculado tanto a la obtención de alimentos para uno mismo y para las familias como a la posibilidad de cubrirse del frío gracias a las pieles de los animales.
Con la caza, los hombres no solo han logrado hacer esto, sino que han capacidad desarrollada que antes no tenían: empezaron a adoptar una postura erguida, lo que les permitió ser mucho más rápidos en la persecución de sus presas, aprendieron a colaborar entre ellos, dividiendo las tareas según sus habilidades y, sobre todo, empezaron a elaborar estrategias y tácticas para alcanzar el objetivo. De la "caza por agotamiento", en la que se perseguía al animal durante días pares y, cuando ya no podía tomarlo, se le acercaba para matarlo, pasamos luego al uso de armas arrojadizas como lanzas, piedras y flechas, que requería una gran precisión. Otra técnica consistía en obtener ayuda tanto de animales vivos, como el perro, como de animales muertos, utilizando estos últimos como armas.
Hasta la fecha existen varias tribus que aún practican la caza utilizando métodos ingeniosos, como los hombres Penan que cazan jabalíes en la selva de Borneo con cerbatanas de madera dura y flechas sumergidas en veneno tejan, extraído del látex de un árbol, mientras que en las sociedades industrializadas la caza se lleva a cabo principalmente como una actividad recreativa y, en consecuencia, las lanzas y arcos han sido reemplazados por rifles y pistolas, que encuentran refugio seguro en las casas de los cazadores en armarios de armas, cajas fuertes de muebles y cajas fuertes de pared. Sin embargo, no solo la pasión, porque la caza se usa ahora para mantener el número de animales de una especie específica dentro del capacidad de sustento del medio ambiente. Una práctica milenaria que nunca ha perdido su importancia, pero que simplemente ha cambiado de piel, pasando de ser necesaria para la supervivencia humana a ser pura pasión, pero también una herramienta para el manejo de la vida silvestre.
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