Una alarma muy grave
Dolor común, mitad alegría. Este es el primer pensamiento que me viene a la cabeza al leer la última alarma lanzada por la Unión Europea sobre la vida silvestre: Italia no es el único país que tiene que lidiar con la emergencia del cormorán, aves que están poniendo a prueba el sector pesquero y más allá. ¿De dónde viene este clamor francamente impredecible?
La caída de la producción comunitaria
David Mcallister, eurodiputado alemán del PPE, se ha pronunciado expresamente en los últimos días sobre el fuerte descenso de la producción pesquera de ríos y lagos en sólo quince años. El -20% se debe en gran medida a la excesiva población de cormoranes. La cuestión se ha planteado directamente a la Comisión Europea y parece que sólo hay una solución al problema.
El punto de vista de Bruselas
Como subraya Marcos Sefcovic, comisario del Pacto Verde, no existe una legislación específica sobre los cormoranes, por lo que la caza excepcional es necesaria para reducir la población de esta especie. El propio Sefcovic fue lacónico desde este punto de vista: “La Comisión es consciente de que la reciente expansión de la población de cormoranes puede dificultar el equilibrio de los conflictos entre los intereses humanos y los cormoranes.".