La cuestión de Brambilla
El comentario de Michela Vittoria Brambilla, recogido en el artículo publicado por ANSA y otros medios, es un claro ejemplo de retórica polarizadora que, a pesar de partir de un acontecimiento trágico –un accidente fatal el primer día de caza– opta por generalizar y demonizar toda una práctica, ignorando su complejidad social, cultural y ambiental.
Análisis crítico del contenido
Retórica emocional y simplificaciones extremas
La expresión "práctica absurda, cruel, anacrónica y peligrosa" es una condena total, que no deja lugar a distinción entre la caza ilegal e irresponsable y la caza regulada, sostenible e integrada en la gestión de la fauna salvaje.
Comparar a los cazadores con "personas atrapadas en la Edad de Piedra" es una provocación que degrada a miles de ciudadanos italianos que ejercen actividades legítimas, a menudo al servicio de la comunidad (control selectivo, prevención de daños agrícolas, vigilancia ambiental).
Desconocimiento del papel ecológico y de gestión de la caza
La caza, regulada y planificada científicamente, es una herramienta reconocida para la gestión de la fauna silvestre. En muchas zonas, es el único medio eficaz para contener las sobrepoblaciones (jabalíes, coipos y córvidos) que causan daños ambientales y agrícolas, e incluso accidentes de tráfico.
Los cazadores colaboran con organismos públicos, universidades y organizaciones ambientales en proyectos de monitoreo, repoblación y protección de la biodiversidad. Ignorar esto es negar una realidad documentada.
Instrumentalización de accidentes
Cada accidente es una tragedia, y la seguridad debe ser la máxima prioridad. Pero usar un solo incidente para condenar toda la actividad es injusto. Sería como prohibir el senderismo por una caída en la montaña o prohibir la pesca por un ahogamiento.
Las estadísticas sobre accidentes de caza deben leerse con cautela: a menudo son incidentes aislados y su incidencia está disminuyendo gracias a la formación, los controles y las campañas de concienciación.
Falta de respeto a la cultura rural
La caza es parte integral de la cultura de muchas comunidades italianas. Está ligada a la tradición, la identidad y la interacción social. Tratarla como una práctica bárbara que debe erradicarse alimenta la división entre la ciudad y el campo, entre la ideología y la realidad vivida.
Una visión más equilibrada
La crítica de la caza debe distinguir entre:
Hay que condenar y combatir la caza ilegal o irresponsable.
Caza regulada, a mejorar, controlar y promover como herramienta de gestión y protección del territorio.
La seguridad, la formación y el cumplimiento normativo son esenciales. Pero el debate público merece un tono más constructivo, menos ideológico y más informado. La demonización nunca es la solución: el diálogo sí lo es. (Federcaccia, Núcleo Magenta "Eligio Colombo")








































