Proliferación continua
Agujeros en las orillas de los canales, que terminan cediendo a medida que pasan las semanas. “Las nutrias ponen cada vez más en riesgo el ya muy delicado equilibrio hidrogeológico en la zona de Baja – alerta la Cia Padova – Hacen agujeros, sus madrigueras, que son también muy peligrosas para las actividades agrícolas”. No hay cifras oficiales, pero se estima que en la zona hay al menos 200 ejemplares. “Están proliferando cada vez más y el tema se está saliendo de control. Este es un problema más al que se enfrentan los Consorcios de Recuperación de Tierras: antes realizaban trabajos de mantenimiento ordinarios para seccionar los terraplenes, ahora se ven obligados a intervenir varias veces al año en el mismo lugar para reparar los daños causados por los coipos. En la práctica, los Consorcios trabajan en un régimen de emergencia constante”.
Siembra en riesgo
La situación podría empeorar dentro de un par de meses, cuando los agricultores comiencen a sembrar maíz y soja, como explica el presidente de la zona Cia Este-Montagnana, Emilio Cappellari: “Son muy aficionados a estas plantas, que provocan enormes daños a las parcelas agrícolas”. En las últimas semanas, la Región ha decidido aumentar las inversiones "destinadas a erradicar la especie; En este sentido, la previsión presupuestaria 2025-2027 ha destinado 500 mil euros anuales a la lucha contra la nutria”. “Los recursos están ahí”, observa el presidente de Cia Padova, Luca Trivellato. Ahora, sin embargo, debemos utilizarlos apropiadamente. “Todos los organismos ejecutores señalados por el Plan Regional de Control específico están obligados a colaborar plenamente para lograr el resultado deseado, es decir, la erradicación de los ejemplares”.
Colinas Euganeas
“En todo caso – añade Trivellato – apoyamos firmemente la modificación de la ley 157 de 1992, llamada Normas para la protección de la fauna silvestre, dado que ya está obsoleta”. “En el contexto actual, es necesario ir más allá del principio de protección para llegar al de la gestión adecuada de la propia vida silvestre”. “Seguiremos prestando gran atención a esta cuestión. Los coipos, junto con los jabalíes de las Colinas, devastan los cultivos, con consecuencias muy graves en términos de rentabilidad para los empresarios agrícolas”. “Entre el aumento de los precios de la energía, de las materias primas agrícolas y un beneficio limitado, que a menudo se pierde a lo largo de la cadena de suministro – concluye el presidente – la agricultura paduana parece estar bajo control. "La situación crítica de la fauna salvaje corre el riesgo de suponer un duro golpe para el sector: pedimos a las instituciones un apoyo concreto, el sector no debe quedar abandonado a sí mismo" (fuente: CIA Padova).