Reducción de la especie.
Los cambios en las técnicas agrícolas han afectado negativamente a la fauna típica de los entornos agrícolas, incluida la liebre. En particular, la reducción de estas especies y de la biodiversidad en general se debe a la monotonización del entorno creada por el aumento del tamaño de las parcelas, la desaparición de setos y arboledas, y la escasa variabilidad de los cultivos que reduce tanto la disponibilidad de alimentos como y la posibilidad de áreas de refugio y reproducción.
Un aumento significativo en la bolsa de juego.
Un experimento de mejora medioambiental llevado a cabo en la llanura eslovaca del Danubio registró un aumento de hasta el 100% en la caza de liebres, gracias a la mayor supervivencia de las liebres. Estas intervenciones consistieron en la creación de pequeñas parcelas desechables sembradas de gramíneas, leguminosas y otras esencias por un total aproximado de 0,20-0,25% de la superficie total. ¡En términos económicos se trata de intervenciones realmente económicas! Además de esto, indicaciones muy importantes provienen de investigaciones en el campo agroecológico. Por ejemplo, la consistencia de la liebre, observada desde hace más de veinte años en Alemania, se vio influida positivamente por la presencia de pequeños matorrales y zonas arbustivas dispersas en el entorno agrícola.
Preservación de la biodiversidad
Estos resultados son extremadamente útiles para aplicaciones de quienes tienen que gestionar institutos de vida silvestre como ZRC y AFV, pero dan una indicación muy importante y con base científica sobre las direcciones que debería tomar la política agrícola europea: la presencia de pequeños espacios seminaturales dentro El entorno agrícola representa el principal factor para la preservación de la biodiversidad de los entornos agrícolas intensivos y, por tanto, debería ser el principal punto sobre el que dirigir la financiación agroambiental (Fig. 1). Además, la liebre europea, gracias también al hecho de que es una especie ya estrechamente vigilada a través de los censos realizados por ATC y AFV, podría representar la referencia para medir la eficacia de las propias medidas agroambientales (fuente: Federcaccia).