Neurotoxinas
El botulismo es una enfermedad neurológica que afecta a los humanos y otras especies animales y está relacionada con diversas neurotoxinas producidas por bacterias del género Clostridium, generalmente atribuibles a C. botulinum. Entre estas neurotoxinas, algunas son responsables del botulismo humano, por ejemplo la relacionada con los alimentos enlatados, otras afectan a las aves silvestres. En estas aves, el botulismo aviar es la causa de episodios de mortalidad registrados en Italia y en el mundo, a veces con graves repercusiones sobre las poblaciones de aves, como ocurrió durante la mortandad de 1932 en el Gran Lago Salado de América del Norte que provocó la muerte de aproximadamente 250.000 animales. El 5 de septiembre de 2019 en el área del Valle de Mandriole, en Parque regional del delta del Po En Emilia-Romaña, en la provincia de Rávena, se encontraron algunos cadáveres de aves que, analizados en los laboratorios del Instituto Zooprofiláctico Experimental de Lombardía y Emilia Romaña (IZSLER), mostraron la presencia de clostridios productores de neurotoxinas.
Transmisión de enfermedades
Entre las primeras medidas adoptadas por la mesa técnica creada para gestionar la emergencia del botulismo aviar – mesa coordinada por el Ayuntamiento de Rávena, con la participación de técnicos y representantes de numerosas autoridades locales y partes interesadas, entre ellas la Autoridad del Parque del Delta del Po, el servicio veterinario de la AUSL de Romagna, la Región de Emilia y Romagna – fueron la recuperación de los sujetos envenenados aún con vida y la rápida eliminación de los cadáveres de las aves fallecidas. Esta acción es muy importante porque las larvas de las moscas azules se desarrollan en los cadáveres y son acumuladores biológicos de la neurotoxina presente en los animales muertos. Cuando son depredadas por otras aves, las envenenan, iniciando un ciclo que sostiene y amplifica los efectos y las posibilidades de mayor transmisión de la enfermedad.
Humedales
Otra intervención decisiva para bloquear el ciclo de vida de las cepas toxigénicas de Clostridium spp. Se trataba de actuar sobre los niveles de agua del valle. En zonas húmedas, especialmente de agua dulce, estas bacterias se desarrollan cuando la materia orgánica de origen vegetal o animal se descompone en conjunción con altas temperaturas y falta de oxígeno en el agua (anoxia), exactamente las condiciones que, junto con la escasez de precipitaciones, se manifestaron en el verano de 2019. Había dos alternativas viables para afrontar esta situación de emergencia: las inundaciones o la desecación del Valle de Mandriole. Ambas acciones pueden ayudar a reducir la presencia de la bacteria y su impacto negativo, respectivamente reduciendo su multiplicación y ahuyentando a las aves acuáticas, las primeras víctimas de la enfermedad. Se decidió proceder a la desecación para evitar que las aves acuáticas siguieran posándose en las pocas pozas que quedan. La estrategia resultó eficaz y la mayoría de las 2158 aves afectadas por la enfermedad murieron en los primeros días desde su aparición y antes de que se implementaran las contramedidas.
Medidas de contención
Los casos de botulismo aviar que ocurrieron durante el evento primario a fines del verano y principios del otoño de 2019 y durante los siguientes tres años fueron documentados y publicados recientemente en la revista Animals. En el artículo, escrito por investigadores del ISPRA con la colaboración de veterinarios y biólogos del Municipio de Rávena, de la AUSL de Romaña y del IZSLER, se analiza la secuencia de acontecimientos en relación con las condiciones ambientales y las medidas de gestión de contención, seguimiento y prevención derivadas de esta experiencia y de lo que sucedió en los tres años siguientes a la reaparición de las condiciones favorables para el botulismo aviar. La supervivencia de las esporas de Clostridium spp. en estado latente en el suelo y sustrato de humedales, y también la persistencia invernal de las toxinas de las pupas de mosca azul que hibernan subrayan la necesidad de monitorear las áreas afectadas por el botulismo, ya que si se dan las condiciones adecuadas la enfermedad puede reaparecer incluso años después del primer evento.
Cambio climático
El Valle Mandriole, sitio de importancia internacional según el Convenio de Ramsar e incluido entre las áreas protegidas regionales y ZSC/ZPS de la Red Natura 2000, es, como otros humedales, uno de los ecosistemas más frágiles y más expuestos al cambio climático antropogénico. El desarrollo de esporas de Clostridium spp., favorecido por condiciones de anoxia y descomposición de biomasa orgánica en presencia de altas temperaturas estivales, puede convertirse en un factor de mortalidad importante para las aves acuáticas que pueden ingerir y por tanto diseminar la neurotoxina botulínica. El estudio y gestión de esta emergencia ambiental ha vinculado el ciclo de vida de Clostridium botulinum, la gestión hídrica de las cuencas vinculada a la anoxia del agua, el cambio climático, el estado de salud de la avifauna sedentaria y migratoria, haciendo explícita la complejidad de los sistemas naturales y la necesidad de adecuadas acciones de prevención y gestión de eventos de emergencia (fuente: ISPRA).