“Sobre el manejo de la vida silvestre, ha llegado el momento de dar respuestas inmediatas y efectivas a las solicitudes de las empresas que operan en la sector agricola y ganadero. Ya no tenemos tiempo que perder, necesitamos actuar ahora, con urgencia, con medidas rápidas y concretas también para contrarrestar los efectos de una crisis que afecta directamente costos de produccion y adquisicion". Así, el vicepresidente del consejo regional y consejero de agricultura de laAbruzzo, Emanuele imprudente, tras la reunión de la comisión de política agrícola de la Conferencia de las Regiones, en presencia de la subsecretaria del Ministerio de Transición Ecológica Vannia Gava, convocada para hacer propuestas concretas sobre los temas críticos relacionados con manejo de Vida Silvestre y agricultura sostenible.
Las Regiones han coincidido en la necesidad de implementar medidas inmediatas y urgentes que incluyen, entre otras cosas, planes de control para ser activados con la técnica de caza, la expansión de las actividades cinegéticas, o más bien de los tiempos de caza de ungulados, y las intervenciones encaminadas a ejercer planes de control incluso dentro de las áreas protegidas. Además, las regiones piden decisiones urgentes también sobre el pago de los daños causados por la vida silvestre a los agricultores, aprovechando los recursos de las concesiones gubernamentales para la caza y una reforma del ISPRA (Instituto Superior de Protección e Investigación Ambiental) a nivel regional.
"Es un problema que ya no se puede aplazar - declaró Imprudente el comisario - que hay que afrontar con la máxima seriedad y utilizando todas las herramientas a disposición de las Regiones y del Gobierno. Por nuestra parte, hasta ahora hemos experimentado todas las acciones posibles, obviamente dentro de los límites permitidos por la ley. Hay que seguir trabajando en esa dirección -dijo Imprudente- pero le pedimos al Gobierno, que a través de la subsecretaria Vannia Gava, dijo estar disponible, medidas urgentes y excepcionales que permitan intensificar la actividad cinegética sobre ungulados y la posibilidad de actuar también sobre la sobreabundancia de ciervos y corzos, que dañan valiosos cultivos como la viña, el olivo y las truferas”.