Cambios importantes
Han pasado casi dos años desde que el Consejo Regional de Lombardía modificó la ley regional sobre la actividad cinegética, donde se introdujeron algunos cambios en cuanto al uso y gestión del patrimonio de llamadas en vivo de cazadores. Estos cambios exigen posteriormente que el consejo regional defina los métodos ejecutivos de aplicación para hacerlos operativos, pero lamentablemente hasta la fecha no hay rastro de estas disposiciones, estancadas en la burocracia con la consiguiente confusión e incertidumbre por parte de los cazadores de ciudadanos. Ante la situación creada, las asociaciones de caza Anuu Migratoristi, Federcaccia, Acl, Arcicaccia, Enalcaccia, Italcaccia y Cpa han decidido escribir al presidente de la región de Lombardía, Attilio Fontana, expresando su decepción por una solución que no se ve.
Una situación difícil
Una situación grave, que el sentido común consideraría una emergencia que debe remediarse lo antes posible y que, en cambio, se ve continuamente eclipsada al no considerarla al mismo nivel que otras emergencias regionales, atribuyendo a los cazadores la calificación de ciudadanos minoritarios. La caza con señuelos vivos es una tradición fuertemente arraigada en el territorio lombardo, que ha dado lugar a una cultura de protección del medio ambiente, protegiendo y valorizando su territorio en torno y cerca de las emboscadas fijas, las llamadas cabañas, que ahora, especialmente en el bosque, permanecen los únicos lugares bien gestionados que "acogen" a los transeúntes a diario. Además, gracias a la gestión de los cazadores, estos lugares se convierten en pilares ambientales, donde las múltiples variedades de flora y consecuentemente también de fauna encuentran el espacio y las condiciones fundamentales y necesarias para su desarrollo y supervivencia. Donde suele haber una pradera o un bosque muy limpio, gestionado con profesionalidad y pasión, quizás caracterizado por la presencia de múltiples variedades de plantas y arbustos, y donde no es difícil encontrar algunos animales: allí encontrarás un cobertizo o un roccolo. .
Un valor demasiado importante
Desafortunadamente, cuando se produce un incendio, rara vez atraviesa un cobertizo, sino que lo circunnavega porque el terreno circundante está bien gestionado y limpio. Es impensable que una región como Lombardía quiera descuidar u olvidar todo esto, con la consiguiente pérdida de un valor tan importante, que se puede resumir en muchos aspectos. Desde las tradiciones a las medioambientales, pasando por las sociales, las gastronómicas como el asador y las culturales, que tienen raíces centenarias, como las numerosas fiestas que se celebran en los pueblos y que anualmente ven a cientos de miles de personas certificando con su presencia la importancia de estas tradiciones. En la última ronda administrativa en Lombardía, las expectativas eran altas, y después de un comienzo esperanzador, para una verdadera política territorial, valorando las realidades que constituyen la biodiversidad, vimos y notamos cómo éstas se disolvían al amanecer, ignorando deliberadamente, a quienes institucionalmente tenían el poder. tarea, las respuestas que el territorio pedía.
Vacilaciones para romper
No queremos sacar conclusiones precipitadas, teniendo en cuenta los precedentes, pero lo cierto es que están dadas todas las condiciones para que por fin podamos emprender de verdad un camino que invierta la tendencia de los últimos años, para tener una visión de futuro soluciones a las necesidades territoriales. Ha llegado verdaderamente el momento de que la política lombarda supere cualquier vacilación y recupere por fin su papel de liderazgo, desde el presidente hasta el consejo y todos los consejeros regionales, protegiendo y valorizando todo lo que Lombardía representa. Finalmente, si el mundo político tiene la previsión de desarrollar ese hilo conductor que une el territorio lombardo a las tradiciones y culturas locales, dibujando una imagen real de los factores positivos que determinan la protección del medio ambiente, será posible juzgar la verdadera y el valor real de la actividad cinegética, que a menudo se ignora y, en consecuencia, no se valora. (Fuente FEDERCACCIA LOMBARDÍA)