Los orígenes del nombre
La bahía de Chesapeake ha hecho fortuna a novelistas y guionistas de televisión. Esta ensenada que se encuentra a lo largo de la costa este de Estados Unidos y que incluye los territorios de dos estados diferentes (Maryland y Virginia para ser precisos) fascina por sus impresionantes vistas, sin olvidar el valor histórico de este lugar. Aquí mismo, de hecho, tuvo lugar una de las batallas más famosas de la historia de Estados Unidos (en 1781), evento que efectivamente marcó el final de la Guerra de Independencia. Pero la bahía también dio su nombre a un perro perdiguero que adora el agua y no le teme en absoluto al frío. Estamos hablando del Retriever de la Bahía de Chesapeake.

Una historia que comenzó en el siglo XIX.
Pronto se cuenta su historia. Es una raza seleccionada durante el siglo XIX cuando se necesitaba un animal hábil para la caza de patos y otras aves acuáticas. La Bahía de Chesapeake fue el telón de fondo de la primera selección, una zona conocida por sus duros inviernos y aguas heladas donde, de otro modo, la caza de las aves antes mencionadas habría sido imposible. Queriendo ser aún más precisos, el Chesapeake Bay Retriever tiene los mismos orígenes que otras dos carreras, el “Flat-Coated” – con cabello liso – y el “Curly-Coated” – con cabello rizado. La raza actual es un cruce entre dos Terranova. El Flat y el Curly han determinado gran parte de su carácter y morfología. Incluso existe una leyenda muy particular sobre el Chesapeake Bay Retriever, es decir, la creación de la raza gracias a unos marineros que sobrevivieron a un naufragio en 1807. Hay que señalar inmediatamente que esta especie no es muy conocida fuera de los Estados Unidos. pero igualmente fascinante.
Características peculiares
Eficiencia y resistencia: estas dos peculiares características han convertido al Chesapeake Bay Retriever en el perro ideal para la caza. El cráneo, de hecho, es ancho y redondo, mientras que las mandíbulas impresionan por la fuerza que permite a la raza transportar incluso pájaros grandes con un agarre que parece sustancialmente suave y simple. El pelaje, en cambio, es corto y áspero por fuera, con una serie de ondulaciones, mientras que la parte más interna es lanuda y rica en aceite natural. Es precisamente esta última particularidad la que convierte a Chessie (apodo con el que también se le conoce) en la raza perfecta para trabajar en condiciones climáticas extremas. Los rasgos característicos son los ojos, muy claros, de color amarillento o ámbar, los cuartos traseros, que llegan a la altura de los hombros o un poco más, y un pelaje doble que tiende a ondularse sólo en los hombros, cuello, espalda y riñones. Con un peso que puede alcanzar los 36 kg, es uno de los perros más fuertes y musculosos. Los colores del pelaje del perro perdiguero están hechos para mezclarse con la maleza. Por eso varían desde el marrón oscuro hasta el color pajizo. Sin embargo, también hay tonos que tienden al rojo claro (juncia) y al marrón grisáceo (tostado). En definitiva, es un perro de color liso con matices de color claros.

Un personaje alegre
Es el temperamento lo que hace que los cazadores acuáticos aprecien especialmente estos ejemplares. No es raro que el Chesapeake Bay Retriever comience a nadar con el centro invertido e incluso en mares agitados, la evidencia más clara de que ninguna condición climática adversa lo asusta. Por tanto, el carácter es más positivo y enérgico que nunca, aunque no desdeña el afecto y los instintos protectores. Vale la pena subrayar, sin embargo, que el perro en cuestión es bastante diferente de otros Retrievers, pero esto no impide que se apegue a un único dueño, una lealtad que muchas veces marca la diferencia a la hora de cazar. En su destino hay mucha actividad cinegética, aunque no se puede olvidar la vida doméstica. De hecho es un perro que se adapta sin problemas, le gusta jugar con su familia y sabe ser muy dulce y cariñoso con los niños, a pesar de necesitar mucho espacio diario para sus necesidades de movimiento. También hay un detalle que no es nada secundario y que se entiende por el hecho de que resiste tan bien el frío. El Chesapeake Bay Retriever enferma muy raramente, por lo que no necesita cuidados especiales y tiene una esperanza de vida media decididamente larga.
No sólo Estados Unidos
La popularidad fuera de Estados Unidos, como ya se mencionó, es muy baja. Sin embargo hay algunas excepciones. En los países europeos el Chesapeake Bay Retriever no es muy conocido, aunque desde hace un tiempo se están desarrollando algunos criadores específicos. Es la consecuencia de una pasión creciente hacia una raza tan particular. De hecho, cada vez es mayor la conciencia de su rápido auge en territorios distintos al americano, sobre todo porque las características de estos ejemplares suelen ser buscadas con impaciencia por los amantes de los perros más exigentes.

Nutrición y entrenamiento
Llegados a este punto sólo queda entender qué dieta es la más adecuada para el Retriever de la Bahía de Chesapeake. La dieta en este caso, como ocurre con la mayoría de razas, debe dividirse según el período de desarrollo. Durante la pubertad, por ejemplo, no conviene abusar de alimentos ricos en energía, aunque pueda parecer la elección adecuada para una raza de este tipo. Alimentarlo de esta manera significa causarle problemas de crecimiento y, en consecuencia, daños no precisamente insignificantes en el esqueleto y las articulaciones. En el caso de los cachorros, por tanto, se debe dar prioridad a alimentos capaces de aportar vitaminas y minerales. Una vez crecidos, los Chesapeake Bay Retrievers demuestran que necesitan un aporte energético mucho mayor que el de cualquier perro de familia. Evidentemente la edad, la talla y la actividad física son factores determinantes para entender cómo regularse. Un último consejo se refiere a la formación. Esto último debe ser constante por una razón muy precisa: perros como el que acabamos de describir son testarudos e independientes, por lo que cualquier jerarquía debe ser clarificada e impuesta desde el primer momento sin olvidar el equilibrio que necesita para gestionar la resistencia y el instinto de caza.