Alimentar al perro, al igual que a los humanos, es fundamental para mantener una buena forma física. Prestar atención a las proporciones alimentarias correctas de los alimentos puede ayudar no solo a la calidad de vida del animal, sino que al mismo tiempo puede aumentar la vida media del mismo.
El perro necesita proteínas, azúcares, grasas, vitaminas y minerales. Conocer las proporciones adecuadas lo ayudará a vivir mejor y de manera más saludable. Sin embargo, es importante la información correcta. El propósito de este artículo es precisamente informar a los dueños de nuestros amigos de cuatro patas, para que sepan qué y cuánto debe comer el perro.
El perro necesita proteínas, materia prima de su organismo. En una comida diaria es suficiente administrar una dosis de alimento que contenga al menos un 20%. Los azúcares también son importantes, pero no todos son fácilmente asimilados por el animal. Este último tolera la glucosa y la sacarosa, pero tiene dificultad para digerir la lactosa. El aporte de azúcares es importante tanto como fuente de energía como regulador de la actividad de la flora bacteriana. Gordo sí, pero en la medida justa.
Estos no deben exceder el 10% en la comida diaria: los excesos conducen a un aumento de peso y también a una mayor predisposición a las enfermedades y la vejez prematura. Las vitaminas son fundamentales, especialmente para los cachorros y las hembras gestantes y lactantes: representan la primera fuente de inmunización contra las enfermedades. Finalmente, en la comida debe haber minerales, presentes en diferentes cantidades en todos los alimentos. Habiendo enumerado todos estos elementos importantes y fundamentales en la dieta del perro, veamos ahora cuáles son los alimentos que los contienen. La dieta del perro varía en función de diversos factores, como la edad del animal, su estilo de vida y la raza a la que pertenece.
La carne es el alimento principal de la ración diaria. A través de la carne, el perro adquiere proteínas, grasas y vitaminas necesarias para su crecimiento y mantenimiento. Otra fuente importante de proteína animal es el pescado: en comparación con la carne, contiene menos grasa, pero es menos energético. Este alimento debe estar cocido y, por supuesto, sin huesos.
Otra fuente de proteína son los huevos. Si optamos por alimentar solo la clara de huevo, hay que cocinarla porque de esta forma se neutraliza la sustancia antivitamínica que contiene. La yema, en cambio, también se puede "servir" cruda y es rica en grasas y vitaminas.
La leche también es una fuente de proteínas, rica en grasas, azúcares, minerales y vitaminas. Aunque al perro le guste, en algunos casos no siempre es asimilable y puede provocar trastornos intestinales, porque el perro no tiene la enzima que digiere la lactosa.
Las verduras y los cereales deben estar presentes en la dieta del perro, siempre que estén cocidos durante mucho tiempo. Por último, evite las grasas vegetales como el aceite de oliva y de semillas, ya que el perro es incapaz de sintetizarlas.
Importantes son las recomendaciones que van más allá de la dieta en sí, como acostumbrar al perro a comer a la misma hora, evitar los bocadillos entre comidas, prestar atención a los huesos, nada de dulces y mucha agua.
En particular, es necesario detenerse en los huesos y el agua.
En cuanto a lo primero, debes evitar darle al perro huesos largos, que pueden astillarse y provocar lesiones en la boca y el esófago. Un hueso grande, que no se puede romper, (como el hueso de la rodilla) es en cambio un buen pasatiempo para el perro y fortalece y limpia los dientes. La cuestión del agua es fundamental. El perro sufre más por una falta prolongada de agua que por un ayuno: junto al plato de comida siempre debe haber uno para el agua. Es una buena práctica cambiarlo con frecuencia para asegurarse de que esté siempre fresco y limpio.
El equilibrio y el equilibrio son los requisitos esenciales para mantener al perro en forma y prevenir enfermedades. Saber qué alimentar al perro significa satisfacer un buen 50% de las necesidades de nuestro amigo de cuatro patas.
En el próximo artículo veremos en detalle la dieta del cachorro, la de la hembra gestante, la del perro anciano y la diferencia entre la comida casera y la preenvasada.