Rock Partridge Hunt: El encanto de una caza que se sumerge en una naturaleza dura y difícil, que requiere colaboración, amistad y pasión.
La perdiz de roca no es una cacería para todos. Es un juego de élite, particularmente difícil de cazar, que pone a prueba las cualidades de cualquier cazador y de cualquier perro. La paciencia, la experiencia, el conocimiento del territorio a menudo no son suficientes, y no pocas veces en el campo, son las cortezas y no el cazador lo que prevalece, pero quizás esta sea también la belleza de la caza: el desafío, la demostración de las habilidades. .
La perdiz de roca se conoce científicamente como Alectoris Graeca, la perdiz de roca no se dobla a la vida en cautiverio, y el cazador que tiene la suerte de encontrarse con una se encuentra frente a un documental salvaje que merece respeto y equidad. Que se trata de un animal de montaña se nota enseguida, ya sea por el hábitat en el que vive, bien por la especie con la que comparte su espacio: no pocas veces convive con la fabulosa perdiz sarda o de Berbería, con la roja o blanca, pero también le encanta la compañía del urogallo, el urogallo negro y también el urogallo negro.
Precisamente por ello puede suceder que comience una jornada de caza de perdiz y vuelvas a casa con la bolsa de caza. perdiz blanca y Francolini. Naturalmente se trata de animales salvajes difíciles de cazar, sobre todo durante el período de muda, para lo que la presencia de un perro de cinco estrellas es fundamental. La empatía entre perro y auxiliar, que juntos juegan un verdadero juego de equipo, será fundamental para el éxito de la jornada de caza.
De manera general, podemos admitir que la perdiz de roca aprecia ambientes de media y alta montaña, zonas pedregosas, prados, pero también lugares con bosque escaso. Más a menudo prefiere detenerse en voladizos profundos con un encanto sublime. En cualquier caso, el terreno de caza pondrá a prueba las capacidades físicas del cazador y su auxiliar: la atención y la seguridad deben ser lo primero. Hay varias razas que se pueden utilizar durante la caza de la reina de las rocas; lo que importa es que sean ejemplares entrenados, que se relacionen con el cazador con confianza y amistad, y que con ello sean capaces de realizar una actividad simbiótica y en equipo.
Entrenar a un perro este tipo de disciplina no es nada sencilla: no es casualidad que los expertos reconozcan que para adiestrar a un perro para este tipo de caza se necesitan más o menos 5 años de experiencia, mientras que un auxiliar de becada se "hace" en 3 años.
El perro debe estar acostumbrado a la vida de la montaña, al esfuerzo de subir y bajar, al conocimiento del territorio. También hay otro aspecto para ser un perro perdiz de roca: además de la resistencia y el sentido del dueño, es necesaria una solidez firme, una gran capacidad de recuperación y obediencia. También son fundamentales las grandes cualidades olfativas, la capacidad investigadora y la resistencia a temperaturas muy elevadas o especialmente bajas. Sin estas características básicas es inútil incluso intentar entrenar. Aquellos que tienen la suerte de tener un perro capaz y preparado con ellos para cazar la perdiz de las rocas definitivamente están a mitad de camino.
Entre las razas más populares para este tipo de actividad cinegética se encuentra el setter inglés, pero también el pointer y el kurzaar. Otro elemento fundamental es el relativo a la empresa adecuada. De hecho, el consejo es no probar suerte en esta cacería en total soledad: siempre es mejor estar en compañía. Por otro lado, sin la presencia de al menos dos cazadores, la captura de la corteza, que se precipita desde picos muy altos, tan rápido como una bala sería impensable: un contador bueno y confiable es necesario para el éxito de cualquier broma. Si decides cubrir grandes distancias, el uso de radios bidireccionales puede resultar muy útil para la comunicación.
Otro factor que no debe subestimarse es el de las condiciones climáticas y ambientales. Por extraño que parezca, dale caza de perdiz de roca con buen tiempo y cielo despejado, en ausencia total de viento es una empresa muy difícil. Será prácticamente imposible acercarse a ellos, siempre que, por supuesto, no se conozcan con extrema precisión las costumbres y lugares favoritos de este salvaje. Es mucho mejor organizar una broma durante el mal tiempo, con la promesa de que se produzcan disturbios. El perro tendrá más posibilidades de conocerlos y hacerlos volar. En este punto las perdices de roca se despedazarán a cierta velocidad, y un cazador atento podrá aprovechar la oportunidad.
Las distancias, el territorio escarpado, la falta de aliento del cazador que llega sin aliento al lugar de tiro, hace que esta fase sea realmente difícil. Un arma de buena potencia, pero útil, ayudará; un calibre 12 suele ser la solución preferible. Indispensable que el escopeta, la side-by-under-side o over-and-under tiene dos toneles con diferentes cuellos de botella, preferiblemente con un peso ligeramente reducido respecto a la norma: ya hemos dicho que la perdiz de roca no vive en un ambiente simple. También los cartuchos es bueno que sean potentes pero equilibrados y puedes optar por unos con 34 gramos de plomo N ° 6 en combinación con otros de 36 gramos con plomo N ° 5.
Dicho esto, te recordamos que todo cazador debe reservarse el respeto a estos fascinantes animales salvajes: atención durante los períodos de eclosión y habilidad de observación antes de disparar, ellos podrán garantizar la presencia de la perdiz de roca en nuestro territorio durante mucho tiempo. Disparar a la madricina, la hembra mayor, evitando a los machos y hembras jóvenes podría ser una gran atención.