Perros de caza: aunque es menos común de lo que uno podría pensar, los encuentros entre víboras venenosas y perros pueden resultar letales para estos últimos. En caso de picadura, lo importante es no perder la cabeza y correr al veterinario.
Este es un riesgo menos frecuente de lo esperado, sin embargo, la mordedura de víbora es una situación especialmente peligrosa para nuestro perro, que si se descuida puede provocar la muerte de un querido amigo de cuatro patas. Protegido por ser particularmente raro, en Italia hay 8 especies de víboras, pero solo dos son venenosas: estamos hablando de la víbora común y la víbora que se pueden encontrar especialmente en las áreas alpinas y prealpinas.
Reconoce la víbora venenosa:
Encontrarse con una víbora nunca es agradable, pero podría ser útil saber reconocer las venenosas de las inofensivas, además de las más comunes. Activas principalmente durante los meses de febrero a octubre, generalmente las víboras no venenosas pueden alcanzar hasta dos metros de longitud, tienen colas largas y afiladas, pupilas redondas y escamas bastante grandes en la cabeza.
Las víboras venenosas bastante pequeñas tienen una conformación diferente (alcanzan un máximo de 50 - 60 cm), tienen una cola rechoncha, una pupila de hendidura vertical y pequeñas escamas en la cabeza.
Les encanta esconderse en lugares soleados y protegidos: puedes reunirte con ellos, por ejemplo, en pilas de madera o en muros de piedra seca, pero prefieren esconderse durante los días que son demasiado húmedos y lluviosos o demasiado calurosos y secos.
Síntomas:
La picadura de una víbora venenosa y la ingesta de su veneno tiene el principal efecto de destruir los glóbulos rojos de la víctima: esto es lo que provoca el preocupante sangrado que sigue a la picadura. Dado el drama de los efectos que puede tener una mordedura de víbora en cualquier perro, ya sea de caza o de compañía, el consejo es acudir de inmediato a un veterinario aunque sospeches de un enfrentamiento entre víbora y perro. En última instancia, cuando un perro se encuentra con una víbora, el dueño puede darse cuenta fácilmente: por regla general, el perro salta hacia atrás y, si es mordido, comienza a llorar dolorosamente. Las partes que suelen verse afectadas son los labios, la nariz, las orejas, la garganta y las piernas.
Los síntomas que se pueden observar inmediatamente después de la picadura son igualmente claros:
• dolor e hinchazón del área mordida con el resaltado de los dos dientes;
• difusión del color rojo azulado de la zona que rodea la picadura;
• cansancio, somnolencia y pérdida del equilibrio;
• respiración rápida y dificultosa;
• estado de shock;
• vómitos hemorrágicos (raramente);
• orina roja en casos avanzados.
Primeros auxilios:
El consejo es evitar que el perro mordido se mueva e inmovilizar la parte: de esta forma el veneno entrará más lentamente en la circulación.
También es posible practicar un vendaje de la parte mordida, que es compresivo de la zona. Recuerda que la finalidad es ralentizar la circulación y no detenerla, por lo que debe pasar al menos un dedo entre el vendaje y la piel del perro.
En este punto, todo lo que queda es llamar inmediatamente a un veterinario y subir al coche.
En general, no se recomienda ninguna terapia de bricolaje que permita que el veneno escape.
Las terapias:
En general, las terapias utilizadas son de tres tipos: existe la fluidoterapia, imprescindible para evitar el riesgo de colapso cardiovascular, el uso de antiinflamatorios esteroideos y antibióticos de amplio espectro y el uso de un suero antifídico, en la medida de su el uso está limitado a hospitales.
Con una intervención rápida y eficaz, las posibilidades de que el perro se salve son bastante altas. En cualquier caso, el animal debe permanecer bajo control y someterse a una terapia intensiva durante al menos otras 72 horas.
Prevención:
Si decides cazar en áreas habitualmente habitadas por víboras venenosas, el consejo es tener contigo la cantidad de veterinarios de la zona que probablemente sepan qué hacer en caso de una picadura. Lo importante es no perder la cabeza: abandone inmediatamente la caza y diríjase hacia el coche tras haberle dado los primeros auxilios a nuestro perro.