El Irish Setter es una raza poco difundida en Italia con fines de caza, ya que se prefiere el "primo" inglés. Su elegancia en su porte está relacionada con una gran fuerza y tenacidad durante la caza. La firma estatuaria es única entre todas las razas de caza.
El Irish Setter es una raza originaria de Irlanda y ha sido seleccionado como perro de caza. Pertenece al grupo 7 de perros de muestra, según la clasificación de la FCI.
La raza es el resultado del cruce del Setter Irlandés Rojo y Blanco y un perro desconocido de color rojo. El estándar fue reconocido en el siglo XVIII y en 18 se estableció el Irish Red Setter Club para promover la raza.
Esta asociación publicó el estándar de raza oficial en 1886, fecha que dio paso a la organización de pruebas de trabajo y exposiciones, con el fin de determinar el estándar de la raza con cada vez más confianza.
Los orígenes del setter rojo irlandés son comunes a los del "setter rojo-blanco irlandés". Algunos expertos creen que esta raza deriva del antiguo Epagneul, el llamado "Quail Hound" o "Chien d'oysel". El Irish Setter es una raza muy extendida en toda Europa, excepto en nuestro país, donde en los últimos tiempos se ha preferido el "English Setter" en la caza.
A nivel de personaje, el Irish Setter se considera un perro muy activo, especialmente en los primeros años de vida. Las hembras tienden a volverse más suaves después del primer celo, aunque retienen energía y vitalidad con el tiempo. Esta raza necesita dar largos paseos y correr en espacios abiertos, dada su especialización, es decir, la caza. Es un perro que no se adapta a vivir solo en un apartamento, ya que necesita un espacio abierto, aunque sea pequeño, para dar rienda suelta a sus energías. El Irish Setter es un perro muy cariñoso en constante búsqueda del contacto humano.
Su educación resulta bastante sencilla, dada su inteligencia, incluso si durante la fase de entrenamiento nos damos cuenta de su simpática terquedad. Una peculiaridad de esta raza es atribuible a su sistema nervioso muy sensible, el punto que se puede ver temblar cuando experimenta fuertes emociones de diversa índole: para ello requiere mucha calma, paciencia y conocimiento de la raza en la educación y entrenamiento. del tema: es importante resaltar que el entrenamiento del setter irlandés debe realizarse sin usar el camino difícil y evitando nerviosismo por parte del propietario. Una vez que el perro gana confianza en su dueño, es muy confiable. Suele ser muy sociable con otros perros y animales, a excepción de la caza silvestre, que alimenta una tendencia natural a incalzarla. Si no se utiliza para gobernar la caza, el setter irlandés es apto para vivir tranquilamente con la familia y los niños.
Desde el punto de vista morfológico, los machos tienen una estatura entre 61-66 cm, mientras que las hembras entre 58-65. El peso de los machos es de unos 27-34 kilogramos y el de las hembras de 25-32 kg. Es un perro delgado de constitución, hasta el punto que es recomendable medir con precisión la ración adecuada de alimento y pesar constantemente al perro. para comprobar el peso, ya que los ejemplares que habitan en el apartamento tienden a engordar, trayendo consigo diversos problemas de carácter óseo. El tronco queda inscrito en la plaza, con el pecho estrecho, el pecho bien descendido y la cruz muy alta. La cabeza es liviana, delgada, delgada y se desarrolla más en longitud. La parada no es muy pronunciada.
Trufa: con fosas nasales bien abiertas.
Los dientes del setter irlandés son particularmente fuertes, completos y correctos, con un mordisco en tijera.
El cuello es de longitud moderada, ligeramente arqueado, musculoso y sin papada. Las orejas son caídas, delgadas y planas. Los ojos denotan una dulzura única entre todas las razas de caza y son de color marrón oscuro o avellana. Las extremidades están perfectamente perpendiculares, con el hombro bien inclinado.
Al ser un perro muy tonificado, tiene una musculatura muy desarrollada.
La cola es baja, llevada horizontalmente o baja. El pelo, que le da mucha elegancia a esta raza, es de 5 a 6 cm de largo, sedoso, bien rayado, con flecos ricos pero ligeros y nunca gruesos.
El color del pelaje es un color rojo caoba, dorado y brillante sin el menor rastro de negro.
Desde el punto de vista cinegético, el setter irlandés posee excelentes cualidades, excelente temperamento, alta velocidad de acción y buena resistencia al trabajo, que puede desempeñarse en cualquier tipo de terreno, incluso los más accidentados y en cualquier condición climática. Los setters irlandeses son buscadores muy ávidos, se toman en serio lo que hacen y son creíbles en la firmeza que siempre conduce al encuentro.
Los irlandeses son considerados "encuentros" excepcionales, de gran profundidad y pasión ilimitada, ya que trabajan utilizando todas sus habilidades para satisfacer y complacer a su amo, demostrando disposición y capacidad de intelecto durante la caza y más allá.
El galope es particularmente suelto; son muy bonitos de ver durante el todavía escultural con el cuerpo tenso y la nariz en el viento, incluso si todavía son setters y en el caso de que una firme no muy como la descrita, es decir, ligeramente doblada, no debe excluirse de la posibilidad de prueba continua.
Otra característica de esta raza, que puede convencer aún más a los lectores, es la longevidad del setter irlandés: son perros que pueden llegar a superar los quince años de vida.