No hay duda, el alondras están entre los presa más buscada por cazadores italianos, tanto es así que esta tasa de caza se encuentra entre las más practicadas en nuestro país. Las escopetas activas de lado a lado en Toscana, Lazio y Umbría lo saben bien, pero no solo. Las tradiciones del acecho están bien arraigadas y después de haber llenado las cajas de caza no hay nada mejor que explotar la carne del ave para recetas interesante y del que no se habla muy a menudo (con sentimiento de culpa). Cocinarlos asados es una de las mejores opciones, en combinación con ingredientes refinados y fragantes.
Características de la alondra
La alondra también llamada alauda arvensis, es parte de la familia de paseriformes y alaudíes. El ave es bien conocida por los cazadores porque es una especie muy extendida principalmente en Europa y Asia.
Los volátiles ampliamente presentes en Italia se considera uno especies sedentarias, porque se mueve de norte a sur según las estaciones o el clima, pero esencialmente permanece en el fronteras del hermoso país.
Diferentes y su comportamiento fuera de las fronteras italianas, en el otras nacionesEn su lugar, se mueve según el clima en particular en invierno traspasando las fronteras del país, al que luego regresan durante la temporada de calor.
En cuanto al uso de la alondra en la cocina, hay que considerar que se encuentra entre los carnes más deliciosas e investigado y no requiere maduración para poder sacar a relucir todas sus características y su bondad.
Torta blanca
Además de la alondra, la receta tiene como ingrediente principal trufa y especialmente el calidad blanca considerado uno de los más valiosos.
El tubérculo codiciado en muchas recetas es particularmente apreciado por los entusiastas de la cocina por su propiedades únicas. Su sabor y aroma logran dar carácter a cada plato, realzando el sabor de cada ingrediente.
La trufa amada por los amantes de la cocina, además de tener un sabor particular, también tiene una serie de cualidades beneficiosas.
El tubérculo, de hecho, es ricco de antioxidantes, que luchar contra el envejecimiento y contraste yo radicales libres. Para los que estén especialmente atentos al aspecto físico, es interesante saber que la trufa también tiene propiedades elastificantes porque favorece el producción de colágeno.
Perfecta para quienes tienen problemas digestivos, la trufa es apta para quienes necesitan llevar una Dieta baja en calorías y saludable.. Si no quieres renunciar a platos sabrosos y salados, pero que no son malos para tu salud, debes considerar que la trufa es libre de colesterol.
Además, es fuente de magnesio, pero al mismo tiempo constituye uno reserva natural de calcio que previene la formación de osteoporosis y problemas con los dientes. Al mismo tiempo es rico en potasio que estimula los riñones para eliminar sustancias tóxicas del cuerpo. Por último, contiene muchas proteínas y vitaminas, la elección adecuada a la hora de seguir una dieta sana y baja en grasas.
Características de la trufa blanca
La trufa blanca se considera la calidad fina. Suele tener una superficie aterciopelada en tonos crema. Tiempo la pulpa varía de blanco cremoso a amarillo, con tonalidades que varían según el grado de madurez, el tipo de suelo y la planta sobre la que ha crecido.
La apariencia no suele ser muy regular., y depende mucho del terreno. Si se origina en un suelo con presencia de piedras o raíces de plantas, a menudo tiene una forma irregular. En el caso de suelos más blandos, su apariencia es lisa y esto conlleva a un mayor valor comercial.
Su peculiaridad es que no se puede cultivar, y encontrarlo es un arte real. También en lo que respecta al tamaño, no hay una tendencia única, que va desde las pequeñas, pasando por las que pesan más o menos 500 gramos hasta las raras que superan el kilo.
El ingrediente principal en platos tradicionales o en los innovadores y creativos, tiene un olor inconfundible, con un aroma intenso, que recuerda a ajo y queso fermentado.
En cuanto a la sabor, queda impresionado y es inequívoco. Ideal para consumir crudo, en finas lonchas, consigue sacar a relucir todas sus propiedades organolépticas. Además, consigue darle un filo al plato gracias a un regusto ligeramente picante que no deja indiferente al paladar.
La mejor forma de consumirlo es crudo, porque solo así podrá liberar todo su aroma. Utilizado para completar platos a base de huevo, risottos o pastas, no es una excepción a determinadas carnes y la alondra es una de ellas.
Veamos ahora como preparare el segundo plato y el ingredientes que tenemos que hacer uno prescripción por grandes chefs
ingredientes
16 alondras
50 g de mantequilla
1 cucharadita de harina
1 ramita de romero
1 trufa blanca
algunas hojas de salvia
de vino blanco seco
un poco de caldo
Venta
pimienta
preparación
Las alondras son pajaritos así que para disfrutar plenamente del plato y hacer felices a nuestros invitados, si hemos decidido organizar una cena para cuatro personas, es mejor que llevemos 16 alondras. Antes de cocinarlos debemos limpiarlos y prepararlos para la cocción.
Una vez hecho esto tenemos que tomar un sartén en que hacer derretir 30 gramos de mantequilla. Una vez que nos hemos vuelto líquidos podemos poner un dorar las alondras añadiendo sal, pimienta, salvia y romero o los aromas que más nos gusten.
Dejamos ir a fuego vivo girando el pájaro para que se dore por cada lado y para evitar que se queme, podemos añadir un cucharada de vino lo que le dará sabor y gusto a la receta.
Cuando estén doradas por todos lados, disponer las alondras en un plato. Dejamos el fondo de cocción en la sartén e agrega el resto de la mantequilla mezclado con el harina. Para hacer todo más cremoso, agregue un cucharón de sopa, revolviendo para derretir la mezcla de mantequilla.
En este punto, volver a poner las alondras en la sartén y terminar de cocinar. Cuando la carne esté lista, colóquela en un plato para servir espolvoreándola con el salsa y luego completar la receta con el hojuelas de trufa blanca.