Caza y Arte - Conozco a Giulio desde hace muchos años, lo conocí por primera vez en una feria de montaña, no recuerdo si en Longarone o Riva del Garda, entonces tuve la carga y el honor de trabajar y escribir para Diana, Inmediatamente me llamó la atención este chico que parecía ecléctico y fuera de los cánones tradicionales, traje de caza, sombrero de pintor y paleta en mano, como un buen montañero, seguro de sí mismo y orgulloso de sus obras. Después de unos minutos ya se había creado una sensación que solo los cazadores pueden establecer, hablamos el mismo idioma, el de la caza y la caza en su mejor sentido, sin desmerecer su trabajo, inmediatamente me fascinó el personaje. Hablamos durante mucho tiempo sobre las experiencias de caza del otro y sobre su otra gran pasión, la pesca con mosca, él mismo hacía los señuelos, estudiando y observando la vida que gira en torno a los cursos de agua. Ese año acababa de regresar de los Cárpatos rumanos, para la caza del Cedrone a la canción, donde había experimentado una serie de emociones incomparables, por eso mi primera compra fue un Gallo reproducido en pizarra, ese fondo negro me recordó el acercamiento antes de las primeras luces del alba, cuando todo a su alrededor está oscuro y no se puede distinguir la forma del gallo colocado en el árbol a pocos metros de usted, pero se siente el típico "knock knock" que confirma su presencia, un tipo particular de apoyo y de fuerte impacto.
Este año lo volví a ver en la feria de Vicenza, acompañado y asistido como siempre por su Serena, esposa y madre de sus dos hijos Alice y Thomas, luego de los necesarios informes mutuos de la última temporada de caza, conversamos un poco sobre su trabajo, la pintura y la caza ahora le llevan a tiempo completo. Los dos momentos se funden y esto le permite, con sus pinturas, transmitir emociones, realzando esos pequeños detalles que solo el cazador experto puede captar, si observamos a sus animales podemos verlos vivos, el corzo nos observará con ojos asustados. . o intrigados según la ocasión, la gamuza que corre con el bart erizado será inequívocamente la de noviembre, y así sucesivamente para todos los animales de la montaña, desde el venado hasta el rugido hasta el gallo negro compitiendo por las hembras en un terrible duelo. Los perros y en particular los setters, junto a la becada, son una gran pasión de nuestro artista, en sus exposiciones nunca falta la constancia y aprobación, ambientadas en esos altos bosques que siempre han sido su hogar, incluso aquí la expresión y La actitud de los fieles auxiliares nos hace comprender la gran experiencia e infinita pasión por esta forma de caza.
La técnica elegida, la pintura acrílica, hace que las obras cobren vida, con los colores de la naturaleza que intentan, y en ocasiones logran, salir del lienzo. Fruto de años de estudio e investigación de la compatibilidad con la realidad, con esta técnica es capaz de expresar toda la crudeza y veracidad de la naturaleza. Trabaja con esmaltes muy delicados sin materialidad ni capas de color, las formas se destacan a la perfección entre las sombras, luces y volúmenes: es un color solucionador que aplicado con sencillez, naturalidad y equilibrio devuelve lo que Giulio pretende expresar. Como siempre, sus obras se muestran con encuadres adecuados que realzan el mensaje que la pintura quiere expresar, nunca demasiado imponente pero siempre bien equilibrada. Giulio, cazador, pintor y montañés, siempre cuida el fondo que no es más que el paisaje en el que nació, vive y caza, manteniendo al sujeto animal en el centro de atención, el entorno siempre es apropiado y revela la gran pasión y conocimiento de la montaña y los hábitats frecuentados por la caza.
El trabajo de Julio Tasca es extremadamente realista y nunca banal, siempre vuelve a proponer escenas de la vida vivida del juego, nunca estáticas, con el dinamismo que se desprende de sus pinturas, los animales siempre se reproducen en los momentos de actualidad de su vida, el rugido de el ciervo, el urogallo en el canto, los machos de gamuza persiguiéndose entre sí en la nieve, la becada batiendo y así sucesivamente. Poner la casa en un cuadro de Giulio Tasca es como abrir una ventana al mundo de la caza y la naturaleza.