La balística de caza externa es una ciencia precisa, que estudia el enjambre de disparos que estalla desde el cañón del arma. Conocer la dinámica ayudará al cazador a hacer la caza más divertida y rentable.
En el artículo anterior hablamos de la rama de la llamada balística interna, pero el discurso a realizar en el caso de balística de caza externa debe ser diferente. Este estará principalmente relacionado con el movimiento seguido por la bala que sale por la boca del cañón y es lanzada al aire.
Inmediatamente después de que explota el disparo y los perdigones salen por la boca del cañón, una vez finalizada la tarea de pólvora, es precisamente la balística externa la que se encarga del rendimiento, fiabilidad y rendimiento de los perdigones.
Específicamente, es bueno que cada cazador sepa que una vez que la munición ha explotado, el enjambre de perdigones seguirá una trayectoria influenciada por al menos 2 elementos.
Es de primordial importancia la densidad del aire dictada sobre todo por la altitud a la que se lleva a cabo la caza. Otro elemento que no se debe subestimar es el viento, que puede ralentizar el disparo si ataca al cazador de frente, o girarlo a derecha e izquierda. Obviamente, hay muchos otros factores que pueden influir en el progreso de los pellets que veremos ahora con más detalle.
En general, se puede decir que cuando los perdigones salen de la boca del cañón viajan unos 12 metros en un enjambre suficientemente compacto y uniforme; es sólo después de haber superado los 12 metros hasta los 35-40 (que debe entenderse como el límite máximo convencional más allá del cual los perdigones pierden su poder dañino) el enjambre de perdigones comienza su dispersión. Obviamente, este lema será proporcional a la distancia recorrida desde los mismos balines. La dispersión es un fenómeno dictado principalmente por el aire que encuentran los perdigones durante su carrera, que se opone a un rozamiento evidente, pero también es causado por el movimiento en espiral que los perdigones asumen naturalmente inmediatamente después de la explosión del cañón.
El fenómeno de la dispersión es mucho mayor en los gránulos más pequeños ya que están más sujetos a la fricción con el aire. Éstos inaugurarán el fenómeno dispersivo a una distancia mucho menor del cañón que los perdigones más grandes y pesados, y obviamente experimentarán una deformación mucho más amplia por todas las razones ya mencionadas.
Para influir en estos fenómenos en algunos casos existe también la constricción del cañón del arma que utiliza el cazador durante el golpe. En general, se puede decir que cuanto más se ahoga el cañón, menor es el fenómeno de dispersión al que se somete el disparo, pero el fenómeno de deformación aumentará exponencialmente. La deformación limita implícitamente el potencial del disparo que inmediatamente se volverá menos eficiente.
Te sorprenderá descubrir que la estela de perdigones que se ha alejado del cañón entre 35 y 40 metros adquiere una forma particular, caracterizada por otra concentración de balas en la parte frontal y central. La parte trasera, por otro lado, es mucho menos densa y eficiente. La longitud de un enjambre de perdigones a esta distancia del cañón puede ser de hasta 3 metros.
En aras de la precisión cabe destacar que los balines que han conservado su integridad esférica, y que por tanto no han sido sometidos al fenómeno de deformación, se encontrarán por su mayor aerodinámica en la parte delantera y central de la estela, de manera diferente. de los que han sido deformados por el cañón, quizás demasiado estrechos, que resultarán más lentos y menos efectivos.
Evidentemente estar en posesión de esta información ayudará al cazador a determinar la técnica de tiro, que se irá modificando según el caso, quizás anticipándose unos segundos a la presa para que sea objeto de la parte más abundante de los perdigones.
Si el tema le interesa y tiene la intención de comprobar la densidad de disparo de los cartuchos que utiliza, puede construir un objetivo redondo con un diámetro de 75 cm con un segundo círculo en su interior con un diámetro de 37,5 cm. Al apuntar al centro del objetivo notarás la densidad del patrón de disparo y por lo tanto podrás modificar la técnica de disparo según la presa con la que estés tratando.