En la escena de la caza italiana, la Toscana siempre ha sido considerada una región virtuosa: la larga y profunda tradición de la caza se ha entrelazado con la comida, la ropa, el arte, la mentalidad de un pueblo y su tierra. Como ocurre en muchos países europeos, en Toscana la caza se considera un recurso y no una práctica a la que hay que ocultar o combatir. Desde mi primera licencia tuve la oportunidad de cazar en Toscana, a pesar de ser residente en Piamonte, gracias al virtuoso instituto de la “Mobilità Venatoria”. Es una modalidad que permite a los cazadores no toscanos y cazadores no inscritos en el ATC de Toscana, aprovechar veinte días de caza, jabalí migratorio y cazado, pagando una cotización a la Región mediante giro postal y una devolución de 20 euros. al equipo anfitrión (que está obligado a pagar esta suma por cada cazador alojado). Aquellos que, como yo, quisieran asegurar la posibilidad de no rechazar una invitación, aunque sea ocasional, por parte de algún equipo toscano, podrían registrarse fácilmente en el sitio, pagar el boletín (cuya cifra oscilaba entre los 25 y los 35 euros hasta el año último) y comunique su código de reserva a la Región vía SMS el día del servicio. Fácil, inmediato y económico. Una oportunidad óptima para todos: en primer lugar para los numerosos cazadores italianos que a lo largo de los años han sabido aprovechar esta oportunidad. Luego para los equipos, que pueden albergar amigos dentro de una práctica completamente "regular". Por último, pero no menos importante para la propia Región, teniendo en cuenta las actividades económicas vinculadas al turismo cinegético (caseríos, restaurantes, productos locales, etc.).
A partir de este año, es probable que el círculo virtuoso mencionado anteriormente sufra un drástico revés. La razón es tan simple como desconcertante: según la Resolución núm. 842 de 30.08.2016 el cupo establecido para cazadores de fuera de la comarca para acceder a la Movilidad de Caza ha pasado de 35 a 150 euros. ¿Cuántos de nosotros correremos a pagar el boletín con la esperanza de incluso participar en un destierro la próxima temporada? ¿Quién tiene 150 euros de más para invertir en el “sueño” toscano así como en los impuestos cada vez mayores de su propio territorio de residencia?
Quienes logren aprovechar casi todos los días permitidos en una temporada probablemente harán un esfuerzo para compensar este último y excepcional aumento. Pero quien, como yo, no cazaba en territorio libre en la Toscana más de dos o tres veces al año, quizás se lo piense antes de desembolsar tal suma. Ya lo he pensado y he decidido que para este año no necesitaré la Movilidad de Caza.
Mi "código de cazador" se quedará ahí, en el cajón, soñando conmigo con la Toscana que alguna vez fue: un paraíso perdido para los cazadores.
¿No conviene a estas alturas pagar el ATC que cuesta 100 euros y cazar siempre en el mismo lugar, o mejor dicho en el mismo ATC y vecino como residente?
Yo y mis muchos amigos ídem