Alguien ya ha hecho sus vacaciones, alguien aún no se ha ido, otros, por desgracia, no lo harán. En cualquier caso, todos los que "padecen la enfermedad de la caza" están ahora preparados, con miedo, a la espera de la nueva apertura. Todos los años se repite el mismo rito, y todos los años estamos listos con el corazón latiendo fuerte como un tambor, esperando que comience oficialmente la temporada. Por supuesto que lo sabemos bien, cada vez más cazadores se permiten unas vacaciones de caza, quizás en verano a palomas torcaces en el Reino Unido o a codornices y tórtolas en muchos destinos que van desde Europa hasta el norte de África. Otros son cazadores de selección y el verano es uno de los mejores momentos para esta caza. Por lo que se puede decir en general que un buen número de aficionados ya han tenido la oportunidad de coger su fusil. Pero la apertura general de la caza es otra cosa, sin embargo. Es el momento que todos los cazadores, perros, armas e incluso botas aguardan con inquietud.
En los días previos las armerías comienzan a llenarse de entusiastas, largas discusiones y un sinfín de teorías, sobre los lugares, sobre la presencia de animales, sobre los cartuchos a utilizar. Las mentiras sobre cada uno de estos temas obviamente se desperdician, y mucho menos, si uno realmente conoce un lugar donde ha visto animales, ¿anda contándolo? Luego está la renovación del seguro, están los impuestos a pagar y el carnet de caza a cobrar. Mientras que en el bar, donde se reúnen los cazadores, en las tardes de verano la cerveza fluye libremente, discutiendo la pre-apertura, los calendarios de caza y, como siempre, los atractivos de los habituales anti-cacerías. En fin, todos los años todo más o menos igual que el anterior. Nadie y me refiero a nadie, sin embargo, se atrevería a perderse una de estas cosas, también son parte del juego, del amor que tenemos por esta actividad tan viejo como el mismo hombre.
Entonces, para la próxima temporada, mis amigos cazadores, les pido una sola cosa: presten cada vez más atención a los asuntos relacionados con la seguridad de la caza. Como saben, es uno de los temas más importantes y fundamentales. En ocasiones por excesiva familiaridad con las herramientas que se utilizan o por un hábito dictado por años de práctica y hábitos, se pasan por alto algunas reglas, buenas conductas o simplemente atenciones. En ese momento acecha el peligro. El riesgo de tratar con herramientas potencialmente peligrosas está siempre presente. Por lo demás, les deseo a todos una sincera suerte y que realmente pueda ser una gran y rica temporada de caza.