Si estás leyendo aquí te gusta ir de caza, es tu pasión, es una válvula de escape, es la forma de no romper lazos con la naturaleza o escapar de tu familia, a la que amas infinitamente pero a veces también te llevará un rato de silencio. Si estás leyendo aquí eres un cazador, has estado o estás pensando en convertirte en uno. Si está leyendo aquí sobre la caza, está buscando satisfacción y relajación, ciertamente no accidentes y malentendidos.
Sin embargo, cuando se trata de cazar, el accidente está a la vuelta de la esquina, especialmente cuando se trata de cazadores distraídos. A continuación, se ofrecen algunos consejos para evitar situaciones desagradables. No se cree, pero se necesita muy poco.
El arma
Eres un cazador, no un superhéroe. Y la gente corriente cae. Ocurre caer, resbalar, tropezar. A veces es culpa del suelo, resbaladizo, fangoso, pedregoso, empinado, a veces por descuido. Somos humanos, es normal; Para remediar un descuido que, sin embargo, puede causar serios problemas, especialmente para quienes nos siguen, el consejo es descargar el arma en lugar de ponerse el seguro. De esta forma, la caza se vive con mayor serenidad.
Otra serenidad adicional la da el excelente manejo del arma. Una buena regla general sería limpiar el arma al final de cada día de caza. Sí, puede parecer una pérdida de tiempo, pero nunca lo es. Limpiar el arma es un buen hábito pero sobre todo se vuelve imprescindible si la caza se realizó en un ambiente húmedo o salobre. Limpiar, engrasar, cepillar el cañón con cepillos metálicos que eliminan residuos duros o carbonosos es muy fácil de hacer y también muy útil. El arma no solo es más funcional, sino que también dura más y evitas accidentes en el campo que también pueden volverse muy aburridos. Sobre todo, el aceite no tiene por qué ser un detalle: existen diferentes tipos en el mercado. Lo importante es que hagan lo que tienen que hacer, es decir, limpiar y lubricar, proteger de los gases de escape del cartucho que, no todo el mundo sabe, son más bien oxidantes.
La limpieza del arma debe ser aún más minuciosa después de cerrar la caza. En esta etapa, sería bueno traer el arma para una revisión anual: cuesta poco y puede marcar la diferencia. Incluso las partes que consideramos inútiles deben ser inspeccionadas cuidadosamente: tome las correas, por ejemplo. Estar intacto significa tener el arma bien asegurada. Es fundamental observar las grietas de la madera o el aflojamiento de la culata del cuerpo del fusil.
Un capítulo aparte es el relativo a la presencia de óxido en las cañas: puedes quitarlo con un simple estropajo de cocina y luego engrasarlo. Pero si se descuida la situación, los resultados no tardan en llegar. Si el daño es grave es bueno llevar el arma a un profesional que evaluará qué hacer: si el arma es vieja y la abrasión es extensa, la seguridad se vuelve precaria. El consejo en ese momento será sin duda retirar al amigo arma y conseguir otro.
Cazando en una cacería impulsada
Una de las cacerías más emocionantes y divertidas es sin duda la broma del jabalí. Lástima que también es una de las formas de caza más peligrosas: hay muchos cazadores, la visibilidad, ya sabes, siempre es precaria, cada vez que aunque lo visites todo hasta el más mínimo detalle, las cosas salen mal y hay confusión. Es probable que se produzca el accidente.
Obviamente, no es seguro, especialmente si tiene cuidado de respetar algunas reglas de seguridad:
- escopeta mantenida a salvo;
- busque las mejores condiciones para disparar;
- conoce con confianza el correo de tus amigos;
- nunca tire hacia la izquierda o hacia la derecha del poste y peor que nunca hacia atrás, incluso si le parece que ese será el tirón de su vida;
- comunicarse con sus compañeros por radio;
- usa la chaqueta naranja.
Las mismas reglas también se aplican al faisán o la liebre. En el caso de la escaccia, durante la cual identificar la correspondencia de los compañeros siempre es una hazaña (de los que se paran en la cabeza o en las caderas), nunca dispares si no estás seguro.
Por lo demás, el consejo para mantener a raya las emociones y el entusiasmo siempre es válido. Pudieron disminuir drásticamente la concentración y, por lo tanto, disminuir los niveles de seguridad, que siempre deben ser bastante altos.
Yo le disparo
La vista debe ser siempre de cinco estrellas, sobre todo cuando el tiro es bajo y sobre todo cuando el coto de caza no se conoce a la perfección.
Un argumento bastante importante está relacionado con el apoyo del rifle. No siempre es fácil encontrar el adecuado si trabajas en un desfile o en un galpón que no es precisamente un ejemplo de solidez. Un arma que cae accidentalmente puede significar un disparo que se sale de control con consecuencias que pueden ser muy graves.
Estos son consejos sencillos, probablemente obvios, pero que lamentablemente no siempre se siguen. Somos cazadores, no superhéroes, y la seguridad es la condición fundamental sobre la que se injerta fácilmente la relajación, la diversión y el entusiasmo.