Cuchillos de caza: arma de la que un cazador no puede prescindir, el cuchillo está disponible en numerosas versiones; la hoja de damasco fija sigue siendo una de las más populares y atractivas. Quienes lo elijan no deben olvidar que necesita cuidados, manutención y cariño.
Suena absurdo, pero el arte de forjar acero de Damasco se está perdiendo poco a poco. Esto no significa que, aunque el procesamiento moderno sea menos exótico que el del pasado, todavía lo practican algunos artesanos con sorprendente paciencia y destreza. La soldadura comúnmente conocida como “paquete” crea productos inconfundibles: requiere días de trabajo y da vida a las hojas con fabulosos diseños estratificados. Hoy hablamos de las hojas de paquete que se utilizan durante la caza.
Hoja de damasco: un poco de historia.
La hoja de Damasco Soldada es la primera técnica de fabricación de acero que utilizó el hombre que combinó una amalgama de hierro, acero y escoria de fundición y con una forja lenta la alargó y dobló sobre sí misma en innumerables ocasiones. La técnica probablemente conocida por las poblaciones etruscas también fue utilizada por herreros celtas, romanos y alemanes y no fue olvidada ni siquiera durante la Edad Media.
Gracias al encuentro con Oriente, durante el período de las Cruzadas, la técnica mejoró considerablemente. Hoy en día todavía se utiliza para una producción artesanal complicada y preciosa. Seamos realistas de inmediato, los cuchillos producidos de esta manera son particularmente hermosos pero caros: por eso se convierten la mayor parte del tiempo en artículos de colección: pura locura. Sin embargo, hay quien no renuncia al encanto de lucir esta antigua y preciosa arma durante los viajes de caza: la envidia de amigos y compañeros cazadores está asegurada.
Tipos:
Forjados según una técnica antigua, suelen ser una buena mezcla entre hierro y acero al carbono, o entre dos tipos diferentes de acero al carbono. Las fases de forja son bastante largas y numerosas ya que hay que batir la hoja durante días y trabajar con paciencia. Este proceso creativo le da un alma al cuchillo que se revela con toda su fuerza en esas venas características que lo hacen único en su género.
Es un cuchillo que merece respeto, como cualquier arma de fuego que lleves contigo en el campo, a menudo utilizada por profesionales especializados en la caza de ungulados.
Al tratarse de un arma de hoja fija, es fundamental que se mantenga en la vaina mientras no sea necesario utilizarla y aunque las formas en las que se puede presentar son realmente numerosas, en principio existen principalmente tres tipos:
• con punta levantada. Bérgamo y el persa son excelentes ejemplos de esto;
• punta recta. En este caso, como sugiere el nombre, la parte trasera de la hoja queda perfectamente recta hasta llegar a la punta. Los cuchillos de caza típicamente nórdicos se presentan con estas características;
• dedo del pie bajo. Uno de los ejemplos más comunes es el punto de caída muy estadounidense.
Los tres tipos diferentes de palas tienen todas sus ventajas y sin embargo, en principio, por facilidad de uso, especialmente durante la actividad cinegética, optamos por la tercera forma, con la punta bajada por ser sumamente versátil.
La punta levantada suele ser especialmente útil para desollar pero no todo el mundo la considera funcional para eviscerar, mientras que la punta recta se agradece especialmente cuando es necesario dar el golpe final al animal o para incisiones en general.
Hoja de damasco y mantenimiento.
Sea cual sea el tipo de hoja que elijas, cuando hablamos de damasco forjado (y aquí nos referimos a los procesos que salen de los talleres de expertos artesanos), siempre tienes un arma de cinco estrellas que necesita un cuidado considerable. Al no ser un producto industrial, es probable que el acero (no el acero inoxidable) pueda resultar dañado por algunas sustancias con las que no es improbable que entren en contacto al utilizar el cuchillo. En algunos casos, una hermosa hoja de acero damasco se ha estropeado incluso si se ha dejado durante muchos meses abandonada en su funda de cuero sin antes haber tenido cuidado de engrasarla con el aceite adecuado.
La lluvia, la sangre o la grasa tienen un poder corrosivo terrible a lo largo del tiempo: por eso un cuchillo tan preciado debe lavarse y limpiarse después de cada uso, engrasarse y colocarse en su funda siempre que no esté mojado. Otra atención a tener ya en el campo de caza es no volver a tapizar un arma sucia: la grasa depositada en el estuche podría inutilizar cualquier mantenimiento.
Hablando de mantenimiento, esta hoja extremadamente preciosa debe tener siempre un filo excelente para ser funcional, que debe ser revivida periódicamente, al igual que se procede periódicamente a la calibración del arma. En definitiva, una serie de atenciones que cualquier cazador tenga una espada tan preciada, estará más que feliz de otorgarla.
muy bien