Analizar los aspectos demográficos de los ungulados para llegar a nuevas propuestas de gestión de las poblaciones de rumiantes en el territorio del Distrito. Este es el objetivo del estudio elaborado por distrito de caza vco3, ilustraba la otra tarde a los responsables de la organización que gestiona la caza en el bajo Ossola, en los valles de Anzasca, Bognanco, Antrona y Divedro. Un estudio ilustrado por el profesor Alberto Meriggi de la Universidad de Pavía, que lo recopiló con la colaboración de Fabrizio Cappa, Gianluca Costanzo Zammataro, Filippo Foti y Domenico La Russa y que analiza la poblaciones de ungulados a partir de la última comprobación realizada por ispra.
El estudio analiza las condiciones climáticas, el territorio con su complejidad geomorfológica, el hecho de que el Vco esté cubierto por la 57 por ciento bosque, pero también como en los últimos años los terrenos destinados a usos agrícolas. Un estudio que señala que los corzos han disminuido considerablemente -como ha ocurrido en todos los Alpes- ha disminuido considerablemente con desaparición de muchas fincas: fueron 10080 en 1970, a 1345 en 2010, con una disminución de un tercio del área agrícola utilizada. Una evolución del paisaje agroforestal-pastoril que también ha influido en la presencia de ungulados. Con una disminución de casi la mitad en el número de animales criados: había 43975 en 1982, que cayó a 22.752 en 2010.
En las más de 100 páginas del estudio también se analiza minuciosamente la colección de ungulados, que ha ido cambiando a lo largo de los años con una ''variación estratégica de manejo de la caza de ungulados adoptado por el distrito ''. El estudio se presentará a los miembros del distrito, pero también se recopilará en un volumen educativo. De 2000 a 2019 el número de rebecos muertos ''aumentó de 240 a 356, el número de corzos había aumentado hasta 2015 y luego disminuyó hasta volver a los valores de inicio del período''. Para el venado''aumento constante en el número de animales sacrificados: de 28 en 2000 a 504 en 2019.
El análisis también se refirió a la ejecución de los planes de abatimiento: que para el rebeco alcanzó el máximo en el año 2000 para bajar a permanecer confinado entre el 90 y el 95 por ciento en los últimos años. Lo mismo ocurre con el corzo que hoy ve el planes de abatimiento entre el 60 y el 80 por ciento, mientras que para los ciervos últimamente ha variado entre el 70 y el 88 por ciento. Análisis que también se referían al sexo y la edad de los líderes. En las conclusiones de las que hablamos '' una tasa constante en 20 años para el rebeco, una sustancial estabilidad para el corzo y una tendencia de la matanza de ciervos, en constante y fuerte crecimiento ''. Influido también por las condiciones meteorológicas de los distintos años analizados: lluvias continuas o nieve sobre el suelo o bajas temperaturas. Todo esto, decíamos, para llegar a las propuestas de manejo de los planes de muestreo, también a través de diferentes métodos censales con el uso de nuevas tecnologías pero también sistemas de seguimiento visual antiguos y probados.