
Migración
En el siglo XVI el naturalista Belon ya hablaba de ella en sus libros, contando de cazadores cubiertos de gruesos mantos con un propósito de camuflaje que la cazaban con una trampa. Una empresa bastante ardua nos hace pensar. El secreto era ir en busca de becadas cuando estos vinieron con mayor intensidad y por tanto entre los signos del zodíaco de escorpio (entre el 23 de octubre y el 22 de noviembre) y sagitario (entre el 23 de noviembre y el 21 de diciembre), mejor si los días van acompañados de fuertes lluvias. Es precisamente entonces cuando, según el naturalista francés, llegan las becadas, para esconderse en bosques húmedos, silenciosos e impenetrables. Hoy tenemos información más detallada, pero quizás menos fascinante. Sabemos, por ejemplo, que la velocidad de vuelo de la becada nunca supera los 60 km por hora, siempre que no tenga el viento a su favor. También sabemos que en promedio por noche la becada puede recorrer unos 300 km y es capaz de permanecer en vuelo entre 6 y 8 horas.
También somos conscientes de que la migración del noreste suele seguir la ruta del suroeste, con algunas excepciones. Por ejemplo, parece que a las aves que residen en las zonas escandinavas les gusta trasladarse a las Islas Británicas o mejor aún al norte de Francia.
En definitiva, tenemos mucha información sobre los movimientos de estas espectaculares aves, todo bien documentado, todo conservado en maravillosos libros, pero una cosa son las creencias que nos da la lectura, otra son las que nos da la experiencia. Estas son creencias que a menudo se convierten en certezas: la becada luego se divertirá cuestionándolos, porque cuando se trata de este pájaro, nada es seguro.

la reunión
El momento del encuentro, los cazadores lo conocen bien, es importante. Por supuesto que puede ser causal, pero solo las becadas que llegan puntuales a la cita son las que recuerdan, las que nos emocionan. Estudiar su naturaleza, encontrar el lugar adecuado, ir a la cita y encontrarla no tiene precio. Por otro lado, encontrar el lugar adecuado no es fácil. Algunos especialistas en becada están convencidos de que ella sabe exactamente, incluso antes de llegar al lugar, dónde pasará todo el día. Esto no es un capricho: la elección viene motivada por la temporada, el viento, la calidad del terreno, por ponerlo difícil, la elección la dicta sobre todo el fotoperiodo. El concepto de fotoperiodo, para los no iniciados, se refiere a la duración de las horas de luz, la intensidad de la radiación, y está influenciado por el ritmo estacional, por la latitud, por la influencia de las plantas, etc.
¿Entonces la reunión es obvia si conoces todos estos detalles? ¡Absolutamente no! Las variables son tantas que la incertidumbre del encuentro siempre está garantizada, ¡y por suerte!

Perro y rifle
Il perro becada debe saber hacer todo, o casi todo. Busca, encuentra, espera al cazador y debe hacerlo con gran precisión. Por esta razón, los perros de muestra son adecuados para esta misión. En este arte el perro debe ser necesariamente un especialista. Por otro lado, la caza de becadas no es fácil: el ave no solo elude elegantemente muchas emboscadas, más de alas que de patas, sino que el viento, el clima y el medio exterior se interponen en el camino, la vegetación. ¿La escopeta ideal? Con barriles cortos, ligeramente ahogados, mejor si se usa con n. 8 balines en el primer barril y 7 en el otro. Por lo demás, sigue tu instinto: la caza de la becada es una experiencia única, una emoción irrepetible.
