El Venado es un animal noble, bello y elegante y hasta hace unos años su caza se consideraba elitista. Hoy las cosas han cambiado bastante: gracias a la caza selectiva, intentar cazar ciervos no es un privilegio de unos pocos, sino de todos los que tienen lo necesario para hacerlo.
Insertadas dentro de planes de sacrificio bien estudiados, con el objetivo de proteger a la especie, las capturas de ciervos se han multiplicado en las últimas décadas, pero lamentablemente esto no siempre significa un conocimiento completo de la especie. Ciervos, gamos y corzos, es importante recordar, forman parte de la misma familia de ciervos cuyo nombre correcto es Cervus elaphus; en Italia existe el cervus elaphus hippelaphus y el cervus elaphus corsicanus. Lo encontramos prácticamente en todas partes, también gracias a su fuerte adaptabilidad a los entornos en los que se encuentra viviendo. Puede encontrar ciervos en los Alpes, en las áreas de los Apeninos, en el Parque Nacional de Abruzzo, en Cerdeña, en Garfagnana, pero no solo. En resumen, en Italia hoy en día hay alrededor de 40 - 50 ejemplares. Una cifra notable si se tiene en cuenta que a principios del siglo XX la especie estuvo literalmente a punto de desaparecer.
Una vez presente no solo en la sierra y en los bosques como hoy, sino también en los llanos y cerros, con el exponencial interés cinegético por el ciervo, durante las primeras décadas del siglo pasado, éste tuvo que refugiarse en zonas cada vez más inaccesibles. para sobrevivir.
Hoy, la repoblación es paulatina pero constante. Todo gracias a la caza de selección que, tras censos bastante serios, estima el número y tipo de ejemplares que pueden ser sacrificados por la protección de la misma especie. Demasiadas poblaciones, como veremos, afectan la salud del grupo, poniendo en peligro su existencia.
Venado enfermo: cómo reconocerlos. Reconocer a un ciervo enfermo para un cazador es bastante importante. Te olvidas mucho de lo que has leído en los libros: lo importante es concentrarte en el animal.
De hecho, esto envía señales inequívocas de que es prácticamente imposible malinterpretar. Estos son los que son:
• facilidad de acercamiento;
• pelaje despeinado por falta de muda o muda anormal;
• espejo sucio debido, por ejemplo, a diarrea crónica;
• estructura ósea muy prominente;
• tos y secreción nasal;
• movimientos menos elegantes de lo habitual;
• orejas bajas.
Las enfermedades de los ciervos. Analizando los síntomas de estos es muy fácil adivinar algo más sobre el estado de salud del espécimen perseguido.
Las enfermedades que afectan a los ciervos, en cambio, salvo algunos casos puntuales, son muy similares a las de todos los rumiantes que siempre reaccionan a la enfermedad de la misma forma: aislándose del grupo y esperando el final en soledad. Por lo tanto, encontrarse con un ciervo inusualmente solitario debería hacer sonar una alarma en la cabeza del cazador.
Las razones de la enfermedad. Las razones de la enfermedad de los ciervos son casi siempre las mismas:
• alta densidad de animales;
• escasa disponibilidad de alimentos;
• clima;
• estrés.
El consejo, por lo tanto, es observar cuidadosamente los detalles: es una habilidad que puede marcar la diferencia entre un cazador profesional y un cazador novato. Por tanto, la atención es imprescindible: es una forma de respeto por este animal elegante y digno al que tantos cazadores deben unas jornadas de caza inolvidables.