I rifles de caza están seguros. Probados en el National Test Bench, se someten a tensiones considerables y, por lo tanto, ofrecen una fiabilidad muy alta. Cuando los barriles revientan ocurre, casi siempre, no por defectos de mano de obra o de metal, sino por un uso imprudente o al menos imprudente. Hubo una época en la que muchos cazadores cargaban sus cartuchos: se hablaba mucho de "dosis" milagrosas (de pólvora) y muchas veces de quienes decían que no tenían una noción técnica en la que basar sus creencias.
El cañón puede reventar si hay un poco de suciedad o un trozo de madera en su interior o, como consecuencia de un cartucho defectuoso, queda el taco. En algunos casos, los barriles explotan o se hinchan debido a los llamados incendios prolongados, es decir, retrasos en la ignición.
Suelen deberse a una imperfección de la imprimación o de la cápsula, insuficiencia del taco o borde imperfecto, cartucho dañado, carga de perdigones insuficiente.
Cuando ocurre el fuego largo, se quema una parte del explosivo que empuja perdigones y tacos en el cañón, luego la combustión de la parte restante de la pólvora eleva la presión que encuentra un obstáculo en la parte expulsada primero.
Puede suceder que menos perdigones no solo no lleguen más lejos, sino que incluso puedan detonar el arma.