Las palabras del presidente Serpillo
“Los animales de montaña están ahora desorientados y sin hogar porque el asfalto y el hormigón los han desalojado de sus madrigueras y bosques. Durante los últimos treinta años, los municipios y las regiones han abandonado la gestión de los territorios de montaña, confiándola, de hecho, a una intervención antrópica que, como sabemos, siempre es portadora de intereses privados y no sistémicos". Así lo afirmó Mario Serpillo, presidente nacional de la Unión de Agricultores Italianos, al comentar los datos sobre accidentes de carretera en las montañas, específicamente en las regiones del noreste nacional. “¿Quién puede decir que 100 osos son demasiados para Trentino? Demasiado es un juicio humano basado en la percepción de daños imaginados en proyección futura. En realidad, la máquina perfecta de la Naturaleza regula por sí misma la relación de supervivencia de la especie, que se reproduce en función de los recursos naturales de los que dispone (alimento, agua, refugio, espacios...), en un equilibrio sostenible - añade -. Podríamos decir que el hombre ha expoliado sistemáticamente sobre todo a los ungulados, poniendo en práctica una especie de acaparamiento de tierras hacia los animales salvajes, quitándoles su hábitat, su territorio, su refugio y su alimento. En una palabra, el hábitat natural. También somos conscientes del daño que algunas especies causan a los cultivos, pero ese es otro tema que hemos abordado varias veces en los foros correspondientes, proponiendo soluciones y proyectos que respeten la biodiversidad”, insiste Serpillo.
Estadísticas sesgadas
“Es cierto que hemos sido testigos de elevados índices de reproducción de la fauna silvestre, pero el número de accidentes también ha experimentado un fuerte aumento en los últimos años – subraya la UCI -. El fenómeno también distorsiona las estadísticas de los institutos zooprofilácticos regionales (¿realmente se han encontrado 7 plantígrados muertos en la provincia autónoma de Trento en 2023?), ya que un oso o un ciervo muerto en un accidente de tráfico a menudo se salta el procedimiento institucional y, por determinadas razones, , se escapa a las cifras oficiales, configurando el desagradable fenómeno de las "muertes blancas" de animales salvajes, muertes que se mantienen en secreto para las comunidades locales y las estadísticas veterinarias. No queremos olvidar el trágico final de la osa Daniza, que murió en 2014 al no sobrevivir a un sedante que le administraron durante su captura. Una víctima más del propio hombre: un ejemplar espléndido que ya no existe porque se ha perdido dramáticamente el sano vínculo entre el hombre y el territorio, y con él también los ideales y visiones de convivencia integrada".
Saldos alterados
“Los culpables no pueden ser los animales, que siempre han vivido y reproducido en el bosque. Hemos invadido su espacio vital, hemos ido demasiado lejos, haciendo habitables zonas que no lo eran e interrumpiendo así el equilibrio de la cadena alimentaria de montaña. El hombre es responsable de todo, de la desaparición de pastos y alimentos de la fauna local, que se ve obligada a acercarse a los pueblos en busca de sustento. Es hora de pasar a una gestión real del territorio, integrada con las actividades humanas pero siempre atenta a la biodiversidad y a la inclusión de los distintos mundos naturales en un nuevo orden, que casi podríamos definir como una cogestión entre el hombre y la fauna. Hemos abandonado el territorio durante demasiado tiempo, dejando su gestión al falso mito del desarrollo. ¡Ahora es el momento de recuperarnos!”, concluye el presidente Serpillo (fuente: UCI).