Los últimos cambios normativos
Las recientes enmiendas y adiciones aprobadas por el Parlamento en laArte. 19 de la ley 157/92, abrirá con toda probabilidad nuevos escenarios. Mientras tanto, además del control "ordinario", el nuevo párrafo ter introdujo el plan nacional extraordinario para el control de la vida silvestre, con una duración de cinco años, que debe ser aprobado por decreto del Ministro de Medio Ambiente, en concierto con el de Agricultura, dentro de 120 días desde la entrada en vigor de la ley (cuenta atrás iniciada el 1 de enero). Este es el reconocimiento, finalmente traducido en ley, de la necesidad de manejar una situación de profunda gravedad a la que la política hasta ahora parecía sorda o culpablemente insensible, probablemente más por "miedo" a feroces controversias por parte de activistas por los derechos de los animales ( los nuevos cruzados de nuestro tiempo), y no por la convicción de que hay que dejar que jabalíes y compañía proliferen sin freno. Ciertamente, para obtener el plan quinquenal no bastará con que se convierta en ley, sino que habrá que redactarlo, aprobarlo y, por último y sobre todo, ejecutarlo.
sacrificio de animales
También en materia de control ordinario, sin embargo, se han introducido algunas novedades significativas: también se permite la contención de fauna para la protección de la seguridad pública, también se puede realizar en zonas urbanas, se encomienda, entre otras, a cazadores autorizados registrados en los ATC y CA territorialmente competentes y, finalmente, los animales sacrificados pueden ser destinados al consumo alimentario una vez comprobada su negatividad a patologías. En el tema de las zonas urbanas, en concreto, en las últimas semanas se han levantado ingeniosamente nubes de polvo por parte de muchos medios, despotricando contra la "cacería salvaje" en medio de los núcleos habitados, que ahora sería posible gracias a los cambios aprobados por el Parlamento. .
Caza salvaje
Una idiotez enorme, dado que el control de la fauna no es la caza, sino una actividad establecida desde 1992 y que en los últimos treinta años ha encontrado aplicación frecuente en muchas Regiones y para distintas especies, por ejemplo las definidas como oportunistas e invasoras, tanto autóctonas como autóctonas. y alóctonos. En todo caso, la tonta propaganda que hemos presenciado contra la "caza salvaje" -lo que no es caza- corre el riesgo de dar paso a algún desquiciado o imbécil que, creyendo cierto que el jabalí se puede cazar libremente en las calles de Roma o Génova , comience a perseguirlos o emboscarlos con arcos, ballestas, varias herramientas o (Dios no lo quiera) con armas de fuego. Si alguna vez ocurren accidentes causados por tales sujetos, ¿por qué no cargar la responsabilidad moral, intelectual y política de quienes los instigaron, solo para calumniar a los cazadores (que no pueden hacer nada)? Sería una acusación disruptiva, naturalmente para ser depositada en las oficinas correspondientes, destinada a causar revuelo. En definitiva, al menos por una vez, el alboroto lo montarían los cazadores y las asociaciones cinegéticas. Nos parecería un gran logro (fuente: ANUU).