La respuesta a la Federcaccia
En respuesta al comentario autorizado de la Oficina de Estudios e Investigaciones de la Federcaccia, se cree que no debemos detenernos sólo en examinar la informe ISPRA sobre el número de jabalíes en Italia, sobre la eficacia o no de la caza, sobre la exactitud de los datos sobre los daños a la agricultura. Consideraciones útiles sólo para fomentar aún más la división entre las diversas formas de caza (perseguida, girada y seleccionada) y el creciente descontento de los agricultores. Gracias al camino compartido con las instituciones que "regulan" la caza, ATC Macerata 2 y la Región (lo que permitió la creación del CLS de Serrapetrona) y la recopilación de datos respaldados por el mundo académico científico, podemos afirmar que la caza hace lo que puede ya que no es una actividad profesional. La caza se realiza durante todo el año principalmente de dos formas: selectivamente de febrero a septiembre y colectivamente de octubre a enero, por lo que el jabalí se captura sustancialmente durante todo el año.
Se requiere más esfuerzo de los ATC
Nos permitimos afirmar, con convicción, que el "problema" del jabalí no se resuelve sólo con el sacrificio sino, sobre todo, con una correcta gestión que incluya acciones de prevención. En este sentido, las Áreas Territoriales de Caza (¡quizás!) podrían y deberían, sin duda, hacer un mayor esfuerzo. Como es sabido, el jabalí es una especie muy plástica y nuestra situación económica, cultural, social, medioambiental y agrícola ha favorecido -y favorece cada vez más- el aumento de las poblaciones. El jabalí disfruta de un territorio cada vez más adecuado (aumento del arbolado), inviernos cada vez más suaves y abundantes recursos tróficos durante todo el año. La consecuencia de estas constantes transformaciones solo puede favorecer el éxito reproductivo de la especie.
Mayor sinergia con la agricultura
Dicho esto, es fundamental crear una mayor sinergia con el mundo agrícola, que debe ser absolutamente protegido, reforzando también las acciones de prevención y matanzas más selectivas donde el jabalí realmente causa daños de forma considerable, aumentando así la actividad de caza selectiva. (también en las áreas destinadas a la caza colectiva) especialmente en el período más afectado por la fructificación de cultivos agrícolas (febrero - agosto), ventana de tiempo coincidentemente donde se encuentran el mayor número de daños. En esto, citando el ejemplo de la Región Marche, también se opone a la selección el Reglamento de Ejecución de determinadas Zonas Territoriales de Caza que impide el acceso a los selectores en las zonas de caza colectiva a aquellos que no pertenecen a los equipos cazados, con la consecuencia de que la cosecha la relación en estas áreas es de 10 a 1 (1000 de cada 100 jabalíes asesinados colectivamente son asesinados selectivamente) y una mayor concentración de daños en la agricultura.
Conocimiento de la especie
Otro aspecto a mejorar es sin duda la recopilación (y posterior procesamiento) de toda la información útil para un adecuado conocimiento de la especie en términos de gestión, tal y como sugiere ISPRA. A pesar de la ingente cantidad de datos cinegéticos y de gestión (censos, muestreos, información biométrica, fertilidad) que poseen las Regiones, estos no son procesados para un conocimiento adecuado de la especie y su evolución en términos demográficos. Desafortunadamente, en muchas regiones, incluidas las Marcas, los planes de extracción de jabalí se determinan "a la vista", es decir, con censos desde puntos de vista, casi aproximados. Además, se echa en falta totalmente un análisis sobre el movimiento de las poblaciones, imprescindible para poder intervenir "quirúrgicamente" con la forma más eficaz de muestreo/prevención sobre los corredores que utiliza el jabalí para llegar a los principales lugares de alimentación.
Manejo del jabalí
Otro tema destacado es el del recurso jabalí, incrementando las cadenas de suministro de la carne de caza, con una creciente sinergia entre el mundo cinegético, agrícola, científico y medioambiental, encaminada a incidir positivamente en la legalidad de la carne y potenciar la economía del medio interior y exterior. de todas las industrias afines también vinculadas a la gestión del jabalí. Podemos hacerlo mejor, mucho mejor, sin insinuar dudas para crear divisiones, no podemos seguir gestionando la caza (hablo de ungulados) como un deporte-hobby, en detrimento de los "bolsillos" de los agricultores y contribuyentes, pero debe gestionar sobre bases científicas (como las de ISPRA) y económicas (URCA Marche) sólidas y autorizadas.