Flotadores - Alteraciones visuales: La vista es un bien valioso, tanto para los seres humanos como para los animales. Ambos pueden compartir alteraciones visuales que pueden comprometer cualquier actividad, incluida la caza. Entre las patologías que tienen cierta relevancia en la caza, queremos recordar a los flotadores, también conocidos como "moscas voladoras".
Este trastorno es causado por la degeneración del cuerpo vítreo, la sustancia gelatinosa que se encuentra en la parte posterior del globo ocular. Cuando el cuerpo vítreo disminuye, se descama o se deshidrata, uno tiene la impresión de tener puntos o filamentos flotando frente a los ojos. Los oftalmólogos aseguran los efectos de esta enfermedad, que en absoluto está relacionada con un probable riesgo de ceguera.
Los inconvenientes de quienes padecen moscas volantes se refieren, sin embargo, al compromiso de las imágenes, perturbadas por la presencia de estos molestos "mosquitos" que saltan de arriba abajo frente a los ojos.
El cazador que sufre de flotadores, de hecho, para no verlos, necesita mantenerse alejado de las fuentes de luz, arriesgando una mala puntería al utilizar el rifle y los consiguientes disparos vacíos o muy peligrosos.
El perro, en cambio, asustado por estos extraños rastros oculares, podría ponerse nervioso o no prestar atención a la presa a perseguir o identificar. En definitiva, con la lectura de estas pocas líneas habrás comprendido que para cazar bien, los ojos del cazador y su perro deben gozar de buena salud. No es de extrañar que para obtener una licencia de caza, los seres humanos apasionados por el arte de la caza deban someterse a un examen ocular exhaustivo.
Flotadores: Sin embargo, las causas de las moscas volantes en humanos y perros son diferentes.
En el primero, la degeneración vítrea puede ser causada por una alta miopía (una causa que el hombre comparte con el animal), desnutrición y envejecimiento, mientras que en el segundo, exclusivamente por causas genéticas que aún no se comprenden del todo. Un estudio publicado en el sitio web de la Asociación "Cielo Azzurro Onlus" y realizado por James V. Schoster, veterinario del Highland Animal Hospital en Minnesota, EE.UU., mostró que las moscas volantes afectan principalmente a los galgos, una raza de perro de cabeza pequeña y cuerpo esbelto. Adecuado para tiro, velocidad y seguimiento de presas "a la vista".
En estos perros, los flotadores pueden resultar realmente molestos, porque el clic de los galgos está determinado precisamente por la identificación visual de la presa y no por el olor o los ruidos que emite el juego. Los galgos de caza afectados por moscas volantes, por lo tanto, se vuelven ayudas de caza inadecuadas para garantizar un buen rendimiento de caza.
Según datos de la American CERF (Canine Eyes Register Foundation), también informados por la Asociación “Cielo Azzurro Onlus”, de 1991 a 1999 las moscas volantes afectaron al 18% de los galgos italianos y al 6% de los galgos Whippet, es decir, ingleses. Las dos razas tienen orígenes temporales muy lejanos: la primera data de 5 mil años antes de Cristo, mientras que la segunda fue seleccionada en el siglo XIX por mineros ingleses. A pesar de los diferentes orígenes, las probables causas genéticas en la base de la degeneración vítrea han determinado los flotadores también en las nuevas generaciones de galgos. Las terapias para curar las "moscas voladoras" aún se están estudiando y perfeccionando.
A menudo se aconseja al hombre que beba mucho y tome suplementos vitamínicos; para el perro de caza, la solución más válida sigue siendo la selección genética. Si los padres del galgo sufren de degeneración vítrea, es probable que también transmitan el trastorno a los cachorros. Por lo tanto, los criadores y cazadores deben prestar atención a la elección de galgos de caza.
Sin embargo, no es fácil hacer una selección entre galgos sanos y enfermos porque aún no es posible identificar la enfermedad de manera temprana. Un galgo que padece degeneración vítrea solo se descubrirá con un examen ocular completo en el que se dilatarán las pupilas del animal para comprobar la parte posterior del ojo.
Sin embargo, los estudios genéticos tienen como objetivo desarrollar pruebas para identificar incluso a los portadores sanos de estas alteraciones visuales. Mientras tanto, los criadores deben tener cuidado de someter a los animales a exámenes veterinarios oftalmológicos específicos. La obligación de controlar la vista con regularidad también pertenece al cazador, porque una buena visión es siempre la base de una buena puntería.