Perros veterinarios y de caza: Síndrome poco conocido, el del wobbler provoca inestabilidad e inseguridad en el paseo de tu perro que puede degenerar en una parálisis total de las patas delanteras y traseras.
El perro afectado por esta enfermedad se caracteriza por una cierta inestabilidad en las patas y un notable bamboleo. También llamada espondilolistesis, inestabilidad vertebral cervical, espondilopatía cervical, malformación cervical, en realidad la enfermedad consiste en un fenómeno compresivo de la médula espinal cervical que puede afectar a perros a una edad temprana, especialmente perros grandes y muy grandes como el San Bernardo, el gran danés, pero también el mastín, labrador, dálmata, etc., pero que a menudo afecta al perro alrededor de los 6 años, especialmente si es macho.
En general, estas compresiones se producen por inestabilidad vertebral, pero también por malformación de la estructura ósea, mala articulación esquelética y alteraciones de la luz en el canal espinal.
Los síntomas son claros desde el principio ya que el perro tiene dificultades de locomoción y en los casos más graves incluso trastornos neurológicos. Inicialmente, sin embargo, los problemas motores pueden compensarse con las partes no lesionadas: el problema real se produce con la propagación de la enfermedad, que poco a poco se vuelve irreversible y puede, en los casos más drásticos, provocar la parálisis de las 4 piernas.
Los primeros síntomas visibles para el dueño están relacionados con el paseo del perro, que articula pasos más largos con las extremidades posteriores, pero poco a poco la enfermedad también afecta a las extremidades anteriores que se vuelven más rígidas y obligan al perro a dar pasos cada vez más pequeños.
Los factores que normalmente acentúan la enfermedad son un crecimiento demasiado rápido: esto puede deberse a una dieta mejorada con demasiado calcio, fósforo pero también proteínas. El trauma también es peligroso y, a menudo, la causa principal es una predisposición genética.
El tambaleo, la paresia y la postura anormal del cuello junto con la resistencia a la manipulación del área cervical son alarmas que deberían alertar al propietario de que algo anda mal. Otros signos están relacionados con una cierta incontinencia por parte del perro, pero también la flacidez durante cualquier actividad física, la imposibilidad casi total de aparearse y despegar del suelo.
No es raro que el síndrome de Wobbler se confunda con otros similares: por ejemplo, la mielopatía generativa provoca síntomas similares, como patologías vasculares y tumores cerebrales; lo que importa es que el diagnóstico, preferiblemente temprano, se confirme mediante exámenes clínicos. En ese caso, la curación puede ser incluso completa, junto con la recuperación del uso de las patas delanteras y traseras. Las intervenciones son claramente quirúrgicas, precedidas de alguna resonancia magnética o radiografías. A la cirugía le sigue una rehabilitación postoperatoria más o menos prolongada tras la cual el perro puede considerarse completamente curado.
En los casos de síndrome leve, sin embargo, no es infrecuente tratar de mejorar la situación con el uso exclusivo de antiinflamatorios y lugar de descanso del animal que puede estar rayado o bloqueado a la altura de la cabeza.
El consejo, por tanto, es siempre el mismo: observe a su perro, llévelo periódicamente al veterinario y reserve toda la atención que le reserva; de esta forma se pueden evitar muchas complicaciones largas y peligrosas.