Siena: Arci Caccia sobre la polémica por la caza del zorro en la ZRC, polémica instrumental e infundada, "la política gobierna a toda la comunidad y no lidera facciones".
El acto por el cual la provincia de Siena autorizó el control (y no la caza) del zorro en los institutos de vida silvestre de su territorio no solo es correcto sino también necesario. Correcto porque el control de la fauna por encima de ciertos niveles, que puede causar daños al medio ambiente, el equilibrio ecológico o la agricultura es una práctica prevista por la legislación nacional y autonómica. Este tipo de intervención está sujeta a la emisión de un dictamen por parte del ISPRA (Instituto Superior de Investigaciones Científicas) que define límites y métodos aplicables, como ocurrió en el caso específico.
Necesario porque tiene el propósito de mantener las densidades de depredadores genéricos como los zorros dentro de ciertos niveles que, de lo contrario, correrían el riesgo de afectar las poblaciones naturales de faisán, liebre y otras especies, aunque no sean cazables. Esta actividad es, por tanto, fundamental para permitir la supervivencia de poblaciones naturales de especies de alto valor ambiental y propias de nuestros territorios como la liebre y el faisán que, conviene recordar, siguen poblando nuestro campo sólo gracias a una extensa red de institutos de vida silvestre, como las Zonas de Repoblación y Captura, en las que aún existen densidades más que apreciables de estas especies.
Además, el control del zorro se limita únicamente a las zonas donde no ingresan sujetos reproductores, sobre la base de censos numéricos precisos, ya que el espíritu de este acto no está ligado solo a la actividad cinegética sino al mantenimiento de un grado suficiente de biodiversidad. .
De modo que la controversia sobre este aspecto está absolutamente fuera de lugar; en todo caso, ciertas posiciones tomadas por las fuerzas políticas que intentan perseguir el extremismo de los derechos de los animales nos dejan atónitos. De la política, en cambio, esperaríamos equilibrio y respeto para todos los ciudadanos, teniendo en cuenta que la función de un político sería gobernar una comunidad, haciendo una síntesis de sus diversas almas, y no liderar o simplemente apoyar a una facción. Para agravar el conjunto está el desconocimiento absoluto del sujeto en cuestión que empuja hacia enunciados desprovistos de razonamiento.
Afortunadamente, mientras escribimos, nos enteramos de que Spinelli y Sani, del Departamento de Policía de Toscana, han dejado en claro que ciertas posiciones se toman a título personal. Lo que nos anima, esperando que al menos de ahora en adelante evitemos este tipo de posiciones personales.
Marzo 25 2013
Caza de arco