En el campo de caza
Gracias al vínculo natural que logra establecer con su conductor, Slovensky Kópov puede extenderse en un entorno bastante vasto que va desde 150 a 300 metros. Una vez que engancha la comida fresca, es capaz de seguirla incluso durante horas.
De vez en cuando ladra, como si quisiera conversar con su conductor. Cuando los ladridos aumentan en intensidad y ritmo, es seguro que el jabalí está cerca.
Sin embargo, prefiere acercarse a la naturaleza con algunos ladridos para que no se alarme demasiado. Más bien le ladra en una parada.
Es en este punto que el tono cambia y se vuelve más profundo, más rápido y más rítmico. De esta forma consigue dos ventajas: alerta al conduttore y aturde al jabalí.