“Respondiendo a las necesidades del mundo agrícola que en Toscana sufre evidentes dificultades de convivencia con el vida silvestre, que supera con creces el nivel de sostenibilidad territorial. Para ello es necesario, previa aprobación de la enmiendas a la ley regional de caza, la redacción rápida del Plan Cazador de Fauna Silvestre, imprescindible para la planificación y seguimiento de la actividad cinegética ”. Así lo subrayó Luca Brunelli, presidente Cia-agricultores italianos de la Toscana, quien hoy habló en una audiencia en la Región de Toscana, sobre el Plan de Caza de Vida Silvestre, como parte del "Plan de Participación".
Para salvaguardar su producción - subraya Cia Toscana - los agricultores necesitan tiempos rápidos y determinados con respecto a la actividad de control; de claridad de términos y de la modalidades con las que se llevan a cabo las acciones; la efectividad de las intervenciones en la defensa de los cultivos y en el restablecimiento del equilibrio del ecosistema; definición clara de responsabilidades tanto en términos de áreas como, en lo que respecta a los aspectos operativos de la acciones por tomar. Además de un seguimiento eficaz y constante que permite verificar los resultados de la actividad realizada y permite una mejor programación de las herramientas a utilizar.
“En cuanto al pago de daños sufridos por la agricultura - continuó Brunelli - es necesario simplificar, agilizar, homogeneizar y acelerar el reembolso. Dada también la aprobación de la ley, la Región adopta de inmediato lineamientos para el reembolso de daños, previendo la armonización de procedimientos dentro de la Sistema de información Artea, donde existe toda la información necesaria sobre las empresas, que representan la base para cualquier solicitud ".
La prioridad - destaca la Cía Toscana - sigue siendo la protección de las actividades agrícolas mediante la implementación de formas de caza, selección, recolección, contención y matanza, con el objetivo de reportar la presencia de vida silvestre, en particular de ungulados en densidades máximas "efectivamente" sustentables, por lo tanto muy por debajo del 2,5 cabezas por 100 hectáreas. En este contexto, las acciones destinadas a prevenir daños también siguen siendo una prioridad. “Finalmente, reiteramos - concluye el presidente Brunelli - que es necesario superar el concepto de área vocacional y no vocacional, para disponer de herramientas más flexibles y calibrar mejor los tipos individuales de intervención según las necesidades de todo el territorio ”.