Además, se acusa a la Región de ser implacable contra la vida silvestre y de permitir que "unos miles de cazadores" maten millones de ejemplares de especies migratorias. Las dos asociaciones criticaron especialmente la caza de alondra, porrón y tórtola; También existe la controversia sobre las municiones de plomo en humedales y ríos.
La apertura anticipada en septiembre y el cierre en febrero se juzgan como una falta de comprensión de las fases reproductivas de los migrantes, sin olvidar la falta de inversión de las Marcas en el proyecto de centros de recuperación de vida silvestre. El llamamiento al TAR consta de más de 30 páginas y 18 motivaciones. Todas las críticas dirigidas a este calendario cinegético regional se caracterizarían por el hecho de que este mismo texto corría el riesgo de abrir un procedimiento de infracción por la Unión Europea. Ahora se espera la respuesta de los jueces administrativos.