Sin duda, el evento organizado por la asociación es más rico en ideas que en participantes Amigos de la Padule el pasado 25 de septiembre a Montecatini Terme. Entre los eslóganes habituales hay tres principales pedidos que la asociación hace a las instituciones, a saber, la ampliación de reservas naturales; el retorno a una gestión unitaria "científicamente correcta" y, por último, pero quizás lo más importante para ellos, recursos económicos que sigan garantizando sopravvivenza. Hay varias cosas que los Amici del Padule parecen no saber o quizás prefieren no recordar, partiendo de que el Marismas de Fucecchio (alrededor de 1.800 hectáreas) es 90% de propiedad privada y también alberga granjas que crean bienes y empleos.
De estos aprox. 1.200 hectáreas, 300 ya son una reserva natural. Trescientas hectáreas de tierra que en teoría deberían ser protegidas y mejoradas de una manera aún más cuidadosa de lo normal pero que en cambio -extraño que los Amici del Padule no se dieran cuenta- en los últimos años han mostrado una gestión que ha estado nada menos que en quiebra. Como evidencia de lo que afirmamos, son innumerables las páginas de actas redactadas y verificadas in situ por organismos institucionales y llevadas a la mesa de discusión (ver). Los problemas destacados son muchos, aunque los principales se pueden resumir en no haber realizado ninguna intervención sobre la flora y fauna alóctonas que están destruyendo la biodiversidad de nuestras marismas y en no haber hecho nada para garantizar la suministro de agua adecuado durante todo el año dentro de las reservas naturales, acción imprescindible para mantener el hábitat de las marismas.
A la luz de esto, encontramos bastante incongruentes las solicitudes realizadas por la asociación, aunque a decir verdad nos damos cuenta de que más que esto no pueden pedir más, ya que la mayoría de ellos no saben. ni el territorio ni las acciones necesarias para mantenerlo y salvaguardarlo. Sin embargo, esperamos que la atención de las instituciones y la política a estos temas sea muy diferente, y no se debe considerar de otra manera que esta gestión no ha logrado proteger las trescientas hectáreas de reservas naturales existentes. ¿O realmente planeamos expandirlos aún más para aumentar el daño devastador para el ecosistema del Padule y áreas vecinas causadas por la presencia antes mencionada de varios alóctonos, jabalíes, nutrias, canela, nappola italiana y otras malezas, sin mencionar la contaminación y falta de obras hidráulicas estructurales?
Todo ello evidentemente a expensas de las arcas públicas, que ya han arrojado grandes sumas a esta máquina devoradora de dinero sin obtener resultados apreciables. Nuestra esperanza, cuando se completen las obras de mitigación en las marismas de Fucecchio, es que algunos de estos graves problemas están resueltos. A pesar de las muchas y a veces incomprensibles limitaciones que existen en esta área, el Consorcio de Reclamación ha hecho y está haciendo un buen trabajo, incluso si aprovechamos la oportunidad para sugerir a las oficinas regionales que utilicen el sentido común cuando haya que realizar trabajos extraordinarios de mantenimiento. no tomar el 10 agosto como fecha fija, pero anticipándola, en consideración a que quienes conocen la zona saben bien que dos horas de lluvia son suficientes para hacer estallar la obra programada de un año.
Finalmente, una nota sobre los presentes en el evento. Al menos encontramos singular la adhesión del provincial Arci, presente con mucha bandera: por un lado recoge las firmas contra el nuevo reglamento sobre la zona de la marisma (criticando a Federcaccia), por el otro quiere la ampliación de las reservas naturales. No es que incluso los "amigos" de Arci no sepan o pretendan no saber que con este reglamento el cacerías tradicionales se respetan en ocasiones y en lugares mientras que con la ampliación de las reservas todo el mundo está en casa o más bien ¿quién va allí que se siente dueño en casa ajena? (Fuente: FIDC Pistoya).