Una ley para cambiar
Sergio Berlato, eurodiputado de Fratelli d'Italia-Ecr y número uno de la Asociación para la Cultura Rural, fue entrevistado por Il Secolo d'Italia. He aquí las declaraciones de Su Señoría: “Con la propuesta de modificación de la ley nacional de caza, pretendemos incluir el concepto de “cacerías por época y por especie”. Significa definir los plazos en los que se pueden capturar las especies consideradas en buen estado de conservación a nivel europeo y abundantemente presentes en el territorio nacional. La caza no debe afectar negativamente al estado de conservación de la especie. La caza en Italia no debe concebirse como un elemento de daño o destrucción, sino como un elemento indispensable para garantizar la correcta gestión de la fauna y los hábitats naturales. Un estudio reciente de la Agencia Europea de Medio Ambiente muestra que la caza afecta el estado de conservación de los animales en solo un 0,6 por ciento. El impacto en el ecosistema causado por otros factores como la contaminación, la construcción excesiva y la destrucción de los hábitats naturales es muy diferente".
El papel de la caza.
Berlato luego agregó: “El segundo punto calificativo es «el respeto por los usos, costumbres y tradiciones locales de las distintas regiones italianas, a veces muy diferentes de una región a otra, pero no menos merecedoras del mismo respeto por esta. Queremos recordarles que la caza es parte importante e insustituible de nuestra historia, nuestra cultura y nuestras tradiciones, la cual es ejercida por personas con antecedentes penales perfectamente limpios que, mediante una sabia gestión, garantizan el equilibrio entre las diversas especies de fauna silvestre, garantizando la compatibilidad de la propia fauna con las actividades humanas".
Los portadores de la cultura rural
Finalmente, el honorable concluyó: “Gracias al trabajo realizado en sinergia entre todos los portadores de la cultura rural, es decir, agricultores, criadores, pescadores, cazadores y la parte proactiva y no fundamental del mundo ecologista, hemos visto resultados notables en beneficio del ecosistema con un aumento constante de la vida silvestre, tanto cazable como no cazable. Para que nuestro concepto se entienda mejor, queremos utilizar un ejemplo bien conocido en la cultura rural: el patrimonio faunístico es como un árbol frutal que, para producir frutos frondosos, debe estar sujeto a continuo mantenimiento e intervenciones por manos expertas. El árbol frutal hay que mantenerlo libre de malas hierbas, hay que regarlo cuando hace falta, pero sobre todo hay que podarlo. La caza -concluye- representa una poda equilibrada indispensable para el patrimonio faunístico realizada por manos expertas, gracias a la cual el frutal garantizará frutos exuberantes no sólo para el presente sino también para las generaciones futuras.".