Perro y armas de la colina
Los entornos montañosos desafían no solo al cazador sino también al perro y un auxiliar con un equipo extra puede lucirse. No es que se necesiten perros excepcionales para cazar en los montes, pero que estén adiestrados, sí que es necesario. Deben tener excelentes pulmones, luego una buena nariz si hay mucho que ganar.
Así que lleve a su perro a las colinas solo si está físicamente preparado: escucharlo jadear con fuerza no lo llevará lejos. Y si tiene buen olfato y demuestra ser un excelente cobrador, mucho mejor.
Hablando de remanente: en las colinas, los tiros lejanos no son los más recomendables. A la exaltación del éxito le sigue una recuperación difícil, a veces imposible, que hace totalmente inútil el esfuerzo y desalienta al cazador y al perro.
Cerramos con una breve nota sobre las armas: mejor si son livianas al hombro con correa, porque para seguridad y comodidad de las manos, en los cerros, es mejor estar siempre libres.
Dicho esto, recuerda: la caza en los montes es una caza de experiencia y respeto, no la más difícil pero sin duda una aventura cinegética que no debe subestimarse, capaz de darte grandes satisfacciones al precio de un poco de esfuerzo.