Asociación Italiana de la Widerness: en Abruzzo todavía un oso muerto fue alcanzado mientras cruzaba la autopista Roma - L'Aquila. Se necesitan urgentemente medidas eficaces.
Ha pasado de nuevo. No a lo largo de las carreteras que cruzan el Parque Nacional de Abruzzo, sino a lo largo de una de las principales carreteras de Italia: la Roma-L'Aquila. Otro oso marsicano muerto, pero lejos de su Marsica. Ahora habrá quien esté clamando por extender hiperbarreras a lo largo de todas las carreteras de los Apeninos centrales, ya que se han pedido señales de advertencia en las carreteras del Parque e incluso paneles de "bolardos". ¡Todo menos lo que necesitas!
El oso lleva años diciendo lo que quiere con su comportamiento, pero nadie parece entenderlo, y mucho menos los muchos (¡demasiados!) Los expertos en este animal lo entienden. Ante estos hechos, como dijo un conocido presentador de televisión, “Surge espontáneamente una pregunta”: ¿pero por qué estos osos no se quedan en el Parque Nacional de Abruzzo donde vivieron solos, sanos, numerosos y protegidos? Sin embargo, el parque se ha hecho cada vez más grande, y nos gustaría que fuera cada vez más grande (obviamente solo para poder cerrar otros territorios a la caza; aunque pueda parecer absurdo para algunos, la única actividad humana a la que no se puede culpar de la muerte. de osos).
Durante años el oso ha estado alejado del Parque perturbado por el turismo senderista desencadenado en los años 70 (y cada vez más dirigido a este animal: alguna vez fueron encuentros ocasionales, esperados, hoy nos vamos de viaje sin falta para observarlos - ¡pago!) y en busca de ese alimento de origen antropogénico que ya no encuentra por la lenta regresión de la agricultura y la ganadería ovina y por la competencia con ciervos y jabalíes en su hábitat primario.
Solo hay una forma de salvar al oso marciano: aplicar los 5 puntos que el escritor y la AIW vienen proponiendo desde hace décadas. Difundir extrapolaciones computarizadas sobre recuentos de población a los medios de comunicación para convencernos de que la población ha aumentado es inútil, porque nadie tiene pruebas de que estas extrapolaciones sean correctas y verdaderamente indicativas de una situación que fue y sigue siendo DRAMÁTICA. No es con el conteo continuo y otros estudios que se salvará el oso marsicano, sino creando oasis de paz para él y asegurándose de que encontrará abundante comida en él y en sus alrededores.
1. Estricto control turístico, con cierre absoluto para todos, de no pocos territorios salvajes reservados para el oso, sin excepción alguna;
2. Cultivo destacado de tierras agrícolas, ahora abandonado, con cultivos por perder, a defender con la construcción de "Recinti Finamore";
3. Fomento del pastoreo de ovejas, hoy cada vez más abandonados y / o prohibidos, posiblemente con iniciativas gestionadas directamente por los aparatos públicos;
4. Control severo, con una drástica reducción de la asistencia, del jabalí (pero también de los ciervos) en el área del Parque y sus alrededores;
5. Bloque absoluto a cualquier proyecto urbanístico fuera de las áreas habitadas y habitadas (es decir, áreas D del Parque) en el área de hábitat primario.
EL SECRETARIO GENERAL
Firmado por Franco Zunino
(13 de mayo de 2013)