Otro accidente causado por salvaje. Una vez más, como suele suceder, los jabalíes. Pero pueden ser gamo, ciervo, corzo o nutria. El número aumenta constantemente, tanto que apenas es de interés periodístico si el resultado es solo un automóvil más o menos dañado. En ocasiones, sin embargo, el conductor o pasajero debe quejarse de haber sido lesionado o, como en este último caso, aún más grave porque ocurrió incluso en un tramo de autopista, una muerte.
Dada la dinámica, el accidente podría haber asumido dimensiones mucho peores, y expresamos todo nuestro pésame y cercanía a los involucrados. No queremos entrar en la polémica sobre posibles responsabilidades, que serán evaluadas por los órganos de investigación. Pero ciertamente no podemos dejar de enfatizar una vez más la necesidad de un reconocimiento político de una situación que ahora está fuera de control y que requiere una revisión de las políticas de gestión implementadas por el país.
En primer lugar, urgente, la necesidad de una reforma del 157/92 que finalmente permita a las Regiones actuar de forma orgánica y sobre todo continua, cuyos planes de intervención para la contención de especies invasoras y controles de vida silvestre siempre han sido sometidos a apelaciones y quejas sobre los derechos de los animales que limitan su efectividad e implementación. Una situación que se agrava aún más por la ya conocida sentencia del Tribunal Constitucional que impide a las administraciones públicas emplear personal capacitado perteneciente al mundo cinegético en operaciones de contención - algo muy diferente a la caza - bajo el control de la policía local.
Así, por una interpretación quizás correcta desde el punto de vista jurídico pero ciertamente errónea desde la lógica y el sentido común, y por la negativa a actualizar - si no en una perspectiva que no es más restrictiva - una ley obsoleta que ya no está en sintonía con los tiempos Para no descontentar las corrientes de derechos animales presentes en cada partido, se rechaza la mano de obra calificada y gratuita, descargando la responsabilidad de frenar la responsabilidad derivada de recortes y reformas en personal cada vez más reducido y competencias específicas. un problema que ahora es una emergencia. Solo esperemos que esta enésima tragedia anunciada sirva al menos para hacer pensar a los responsables que una vida humana vale más que unos pocos votos perdidos o los gritos de protesta de los animalistas poseídos por la realidad y la sociedad.