Como siempre el WWF Abruzos nunca pierde la oportunidad de demostrar que no es una organización para la protección del medio ambiente, sino cada vez más trivialmente un acrónimo que parece encontrar su única razón de ser en las continuas y estériles campañas anti-caza. Así, para hacer una libre polémica y buscar consensos, hace un guiño al legítimo descontento con el que cualquier ciudadano experimenta las limitaciones a la libertad de circulación y los problemas económicos que dicta esta. período excepcional tratando de despertar la indignación de la sociedad hacia los supuestos privilegios de los cazadores, libres de moverse por "Decenas y decenas de km".
Lástima que WWF tenga cuidado de no decir que la nuestra no es la única categoría entre los que se practican en la naturaleza libres para moverse, obviamente solo para ejercer nuestra actividad, y que estos movimientos tienen lugar en un predominio muy grande solo, en lugares abiertos, lejos de todo y de todos, sin poner en riesgo a ninguno de nuestros compatriotas al hacerlo. Contrariamente a lo que se dijo más tarde, la base que subyace a la Ordenanza, así como también subyace a órdenes similares emitidas en toda Italia, de juntas de cualquier color - o la necesidad de continuar con la realización de la actividad cinegética por "un estado de necesidad para lograr el equilibrio cinegético y limitar el peligro potencial para la seguridad pública" es mucho más que desprovisto de valor científico y evidencia objetiva, reconoció A través de Europa, donde en todos los países la actividad cinegética continúa sin cesar, incluso donde la situación epidemiológica es mucho más grave que en Italia.
Si el jabalí en Abruzzo sigue haciendo cada vez más daño, para responder al ejemplo dado por WWF, la culpa no es de la caza, sino de todas las limitaciones que con las más dispares excusas, partiendo del oso, que propio WWF y acrónimos complementarios se han introducido en los últimos años con el único propósito real de evitar en la medida de lo posible el ejercicio de la caza. Más allá de los aspectos legales del asunto, a los que WWF se refiere como siempre para tratar de intimidar a la Administración Pública - que son inexistentes, como lo demuestran las Ordenanzas similares de las otras Regiones antes mencionadas, el hecho es que la Región de Abruzzo ha funcionado bien y no para proteger los intereses particulares de los cazadores, sino precisamente indefenso para los intereses generales de nuestra región: económico, de seguridad y también medioambiental, con el debido respeto a quienes creen que el medio ambiente se maneja solo y basta observarlo con prismáticos desde un oasis financiado con dinero público, por tanto de todos los contribuyentes, o cómodamente sentado en un sillón. Por nuestra parte, por tanto, renovamos nuestro aplauso al presidente del Consejo Regional Marco Marsilio y al concejal Emanuele imprudente y si de verdad hay una nota para trasladarnos a la Región es sólo la de no haber actuado con mayor celeridad.