Caccia: Comunicación firmada por el Senador Roberto Della Seta y Francesco Ferrante.
30.08.2011 - La cita encuentra un país acosado por otras preocupaciones más urgentes, pero los italianos, a pesar de la durísima crisis de las últimas semanas, siguen apasionados por el tema. Así ha sido durante muchos años, ya que el medio ambiente y la protección de la fauna se han convertido en objetos prioritarios de atención para la opinión pública.
Estas antenas especialmente sensibles cuando se habla de caza son buenas, por la relevancia objetiva de la cuestión, pero también encierran un riesgo: el riesgo de que el debate se reduzca a una especie de "guerra religiosa" entre defensores y enemigos de la caza "sin ifs". y peros".
Entre los que invocan tradiciones atávicas -el hombre fue cazador incluso antes de convertirse en recolector y luego en agricultor- ve un "derecho" en la caza, y cuántos -hay que decirlo: cada vez más numerosos- condenan la caza a nivel ético, considerándola una práctica ya incompatible con la evolución cultural de la especie humana.
El escritor nunca ha empuñado un rifle, ni siquiera una escopeta, ni se reconoce en las posiciones “abolicionistas” de quienes quisieran prohibir la caza. Y aun reconociendo plena legitimidad e interés en estas disputas, sin embargo, como ambientalistas nos marcamos una prioridad diferente: regular la caza dando cuerpo al principio constitucional que identifica el patrimonio silvestre como un bien superior que el Estado tiene el deber de preservar.
Conciliar las actividades de caza con la necesidad de proteger la fauna fue el objetivo de la Ley 157 de 92: una ley excelente que permitió a Italia mantenerse al día con la legislación de la UE y sigue siendo un punto de referencia indispensable. Esta ley debe ser defendida actualizando algunos aspectos marginales pero salvaguardando estrictamente su inspiración.
Hay que defenderlo de los recurrentes intentos de desmantelarlo, el último del PDL que en el Senado había propuesto una improbable y nefasta desregulación de la caza. Y también hay que defenderla de demasiadas iniciativas unilaterales de varias Regiones (no todas -hay que decirlo- gobernadas por el centro-derecha...) que en los últimos meses han puesto en marcha calendarios de caza violando las normas de protección establecidas por Italia. y Europa
El camino a seguir, para el Partido Demócrata y el centro-izquierda, es el mismo que llevó hace veinte años a la puesta en marcha de la Ley157: apoyar el compromiso compartido de las asociaciones ecologistas, de la parte más avanzada del mundo cinegético, empezando por Arci Caccia, de las asociaciones agrícolas, por un gobierno de la actividad cinegética que garantice una protección rigurosa de la vida silvestre, evite cualquier hipótesis de privatización de la caza, evite nuevos y más graves italianos en default por parte de la Unión Europea.
Parlamentarios del Partido Demócrata