Según lo revelado por el FIDC, un cazador era atacado y herido por un jabalí mientras recuperaba a su perro, para ser precisos, un Reggio Emilia. Afortunadamente, nada serio, una noticia y nada más, que no merecería atención si no fuera por lo habitual. comentarios sociales de activistas por los derechos de los animales que van desde la solicitud de cerrar la caza hasta los deseos de muerte para el protagonista y todos los cazadores. En resumen, el habitual y desolador espectáculo de una parte de la sociedad que ha perdido de vista la realidad y el equilibrio.
Federcaccia les recuerda a ellos y a quienes, aun sin llegar a ciertos excesos, simpatizan con estas posiciones, los millones de daños a las empresas e infraestructuras agrícolas, los costes de Regiones, Provincias y Municipios, accidentes de tránsito y consecuentes muertes provocadas por la proliferación de fauna donde se impide la realización regular tanto de la práctica habitual de caza como de las operaciones de control establecidas por las autoridades y en las que los cazadores participan gratuitamente realizando un servicio para la sociedad. A veces pensar antes de usar el teclado no estaría mal