Cacciatore di Assisi dañó los autos de sus colegas "competidores" cerca de la Reserva San Gregorio, pinchó neumáticos y manipuló frenos; descubierto y denunciado por la policía.
Desde hace algún tiempo, cazadores y no cazadores, habían sido víctimas de daños en sus autos cerca de la Reserva San Gregorio en Asís; Ahora era 100% seguro tener neumáticos pinchados con clavos o incluso alterar los frenos. Se presentaron numerosas denuncias al Comisariado de Asís y, tras una larga investigación, finalmente se descubrió al autor.
A estas alturas se había vuelto imposible transitar o estacionar cerca de la reserva de San Gregorio sin encontrar las llantas de su automóvil pinchadas o cortadas y en algunas ocasiones incluso los frenos alterados. Con motivo de los episodios de daño, se encontraron enormes clavos tipo carpintero de al menos 10 cm de largo, especialmente soldados entre sí para formar una "Cruz" o "L" y capaces de apuntar al menos un punto hacia arriba. Una vez arrojados al suelo . En algunas ocasiones, incluso se habían encontrado tablillas de madera, con clavos clavados y las puntas enfrentadas, colocadas de manera que permanecieran ocultas a la vista de los automovilistas desprevenidos que pasaban por los caminos de terracería del área naturalista.
Durante mucho tiempo, los hombres del Comisario de Policía de Asís investigaron el asunto a partir de las numerosas denuncias presentadas, recorriendo todos los caminos posibles y finalmente con las primeras luces del amanecer del jueves 21 de agosto el círculo se apretó alrededor de la figura de un hombre, un cazador. de Asís.
Los policías se presentaron en la casa del personaje con la excusa de un control administrativo normal de las escopetas y municiones de caza en poder del mismo y debidamente reportados; Durante el control se encontraron algunas irregularidades como la falta de una de las armas denunciadas y la posesión de un número de municiones muy superior al permitido pero sobre todo, extraños clavos en forma de "L" y "cruz" muy similares, si no idénticos, a los encontrados en la zona de San Gregorio con motivo de daños a los automóviles.
En cuanto a la posesión de los clavos, el hombre explicó que los había recogido en el mismo sector de San Gregorio y que él mismo había sido víctima de los daños pero nunca presentó denuncia; los agentes no dieron mucho crédito a las explicaciones del sujeto y de hecho, durante la inspección, se encontró una gran cantidad de los mismos clavos especialmente "tratados" y soldados entre sí.
Teniendo en cuenta los elementos en cuestión, el personaje fue denunciado en libertad para responder por el delito de daño continuado agravado, en relación a los diversos episodios ya denunciados así como denunciados por la violación a la legislación sobre tenencia de armas y municiones de caza; además, todas las armas y municiones encontradas en posesión del hombre fueron sometidas a incautación cautelar en espera de la posible revocación de la licencia de armas de fuego.
El hombre nunca ha dado explicaciones pero según los investigadores el motivo podría estar ligado al deseo de ahuyentar a otros cazadores o visitantes del área naturalista, extendiendo en el tiempo una psicosis real ligada a la zona, eliminando así la competencia tanto en la zona. actividad cinegética que en el resto de actividades casi crea una reserva personal.
(25 de agosto de 2014)
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